Día 29 de abril, miércoles: Quinto día de la novena al Santo Cristo de Ourense:

¡Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa Cruz redimiste al mundo!

           

Comenta el M. I. Sr. D. José Antonio Gil Sousa
En el Evangelio de la Eucaristía de hoy (Mt.11,25-30) se recoge esta exclamación de Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla…. Venid a mí todos los que estáis y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Imagen del Sagrado Corazón de la S. I. Catedral. Capilla de la Resurreción.
Ante la recepción de su mensaje sobre el Reino, Jesús establece dos grupos de personas: los sabios según el mundo y los sencillos de corazón. Los que se creen muy entendidos cierran el oído del corazón a las palabras del Señor.

Para acoger el mensaje de salvación del Señor es necesario ser sencillos de corazón. Jesús da gracias al Padre, porque solo los humildes aceptan en sus vidas la alegría del Evangelio.

Tabla en sacristía del Santo Cristo.

Jesús es un conocedor extraordinario del corazón del ser humano. Nos conoce por dentro. Por eso, nos invita a ir junto a Él, porque en Él encontramos el descanso auténtico.

 Durante su vida pública cuidó los momentos de intimidad con los suyos. En medio de tantos asuntos que traemos entre manos, nos hace falta como agua de mayo, el descanso en el corazón manso y humilde de Jesús. Gracias, Señor Jesús, que siempre nos acoges cuando buscamos el descanso y el consuelo en Ti.  

“Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”.
 


¡Que el Santo Cristo os bendiga!
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