Fiesta del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Celebración de la Misa Estacional

PANGUE LINGUA (en castellano)
Procesión de enrada
Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa sangre
y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen
Rey del universo,
por salvar al mundo
dio su sangre en precio.
Inicio de la Eucaristía

Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado,
la Palabra, al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.
Sacerdotes concelebrantes

Fue en la última cena
-ágape fraterno-
tras comer la pascua
según mandamiento,
con sus propias manos
repartió su cuerpo,
lo entregó a los doce
para su alimento.
Sacerdots concelebrants y el Sr. Obispo emérito de Astorga

La Palabra es carne
y hace carne y cuerpo
con palabra suya
lo que fue pan nuestro.
Hace sangre el vino
y aunque no entendamos,
basta fe si existe
corazón sincero.
Homilía en la celebración

Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito.
Se establece el nuevo.
Dudan los sentidos
y el entendimiento
que la fe lo supla
con asentimiento.
Amigos de la Catedral

Himnos de alabanza,
bendición y obsequio;
por igual la gloria
y el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno
y el divino Espíritu
que procede de ellos.
Santo Tomás de Aquino

ALMA DE CRISTO


Sagrada Comunión

Alma de Cristo, santíficame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame,
Agua del Costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh Buen Jesús, óyeme!
Dentro de tus llagas, escóndme
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a ti
para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.
San Ignacio de Loyola.
Custodia para la procesión
Procesión por las naves de la Catedral



Cabecera de la procesión


Estandartes y primeras comuniones
Grupo Queixume dos Pinos

Sr. Subdelegado y Sr Delegado de defensa

Preside el Sr. Obispo
Sacerdotes en la procesión


Sr. Alcalde y concejales


Srs. Concejales

Adoración y bendición al final de la procesión.










































Oración a Jesús Sacramentado
Señor Jesús:Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.«Tú tienes palabras de

 vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios» (Jn. 6,69). Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres.Aumenta nuestra FE.Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre nuestro.Siguiéndote a ti, «camino, verdad y vida», queremos penetrar en el aparente «silencio» y «ausencia» de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz del Padre que nos dice: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo» (Mt. 17,5).
Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social. Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives «siempre intercediendo por nosotros» (Heb. 7,25).Nuestra esperanza se traduce en 


confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el Padre. Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo. Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta.Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.Quisiéramos decir como San Pablo: «Mi vida es Cristo» (Flp. 1,21). Nuestra vida no tiene sentido sin ti. Queremos aprender a «estar con quien sabemos nos ama», porque «con tan buen amigo presente todo se puede sufrir». En ti aprenderemos a unirnos a la voluntad del Padre, porque en la oración «el amor es el que habla» (Sta. Teresa).Entrando en tu intimidad, queremos adoptar determinaciones y actitudes básicas, decisiones duraderas, opciones fundamentales según nuestra propia vocación cristiana.CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a tus palabras: «Quedaos aquí y velad conmigo» (Mt. 26,38). Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con un silencio de amigo y con una presencia de donación.El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir esos «gemidos inenarrables» (Rom. 8,26) que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y en el gesto filial de quien ya se contenta con solo tu presencia, tu amor y tu palabra. En nuestras noches físicas y morales, si tú estás presente, y nos amas, y nos hablas, ya nos basta, aunque muchas veces no sentiremos la consolación.Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o «misterio».
Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el «misterio» de cada hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación. Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de SERVIR. Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos. Amén.
San Juan Pablo II

Coral Camerata Auriense
Coral Camerata Auriense
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