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Solemnidad de la Natividad del Señor

TIEMPO DE NAVIDAD

En el tiempo de Navidad, la Iglesia celebra el misterio de la mani¬festación del Señor: su humilde nacimiento en Belén, anunciado a los pastores, primicia de Israel que acoge al Salvador; la manifestación a los Magos, «venidos de Oriente» (Mt 2, 1), primicia de los gentiles, que en Jesús recién nacido reconocen y adoran al Cristo Mesías; la teofanía en el río Jordán, donde Jesús fue proclamado por el Padre «hijo predilecto» (Mt 3, 17) y comienza públicamente su ministerio mesiánico; el signo realizado en Caná, con el que Jesús «manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él» Un 2, 11).

El Verbo, el Hijo de Dios, ha compartido con nosotros nuestra naturaleza humana para que nosotros podamos compartir con Él su vida divina. Una vida divina que nos trae también el don de la inmortalidad. (orac. colecta y orac. después de la comunión). Así, por a f y el bautismo somos en verdad hijos de Dios. Por el nacimiento de su Hijo en la humildad de nuestra carne, Dios ha confundido nuestra soberbia y vencido al pecado del mundo. Hoy, en verdad, nos ha amanecido un día sagrado. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Del Directorio sobre la Piedad popular y la Liturgia (nn. 106-107)

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