Misa exequial por el eterno descanso

Natural de San Salvador de Paizás, Ordenado sacerdote en el año 1953. Cursó estudios en el Seminario de Ourense, en la Pontificia Universidad de Salamanca y en la Universidad Complutense de Madrid. Fue profesor y rector del Seminario Menor de la Inmaculada, profesor en Instituto Otero Pedraio, Canónigo y Deán de la Catedral Basílica de san Martín. Era académico correspondiente de la Academia Auriense Mindoniense de san Rosendo.

Muy devoto de la Santísima Virgen María. A ella le dedicó un libro lleno de ternura. De manera especial sentía un atractivo especial por la advocación de Nuestra Señora del Viso, devoción que heredó de su tío, párroco de san Vicente de Lobeira, con el que pasaba las vacaciones. D. Serafín era elegante en su porte y cordial en el trato.

En sus primeros años, desde el año 1954 al 1956, fue adscrito a la parroquia de la Santísima Trinidad. Y a la parroquia de Santa Eufemia del Norte desde el año 1960 al 1962. Fue profesor de lengua y literatura desde el año 1954 al 2001 en el Seminario Menor de la Inmaculada. Previa elección capitular, fue nombrado Deán – presidente del Cabildo catedralicio por el Obispo, D. Luis Quinteiro Fiuza.

Don Serafín era amante de los “cabildeos” y tenía una cierta curiosidad por conocer las historias y de trapicheos clericales. Creó e impulsó la asociación “Amigos de la Catedral”.

Entre sus aficiones ocupaba un lugar preferente la poesía con algunos libros publicados. Amigo de viajar; decía de sí mismo que “era una persona que siempre supo estar donde le gustaba y, por eso, su trabajo siempre lo hizo muy a su gusto”.

Quisiera expresar el más profundo agradecimiento del Sr. Obispo, del Cabildo de la Catedral Basílica de san Martín y del mundo de la cultura a D. Serafín por su generosidad con el templo catedralicio. Pagó de su pecunio el cuadro de los discípulos de Emaús de la capilla del Santo Cristo, obra del pintor Manuel Vidal y la Vidriera recientemente estrenada del Pórtico del Paraíso, confeccionada en Burgos en los talleres de Vidrieras Barrio, siendo su autor D. Enrique Barrio Solorzano. ¡Que descanse en paz!

Natural de Santa Eulalia de Berredo. A Bola. Estudió en el Seminario de Ourense y en la Pontificia Universidad de Salamanca, donde se licenció en Teología Dogmática. Ordenado presbítero en el año 1956.

Formador del Seminario Menor entre los años 1956 y 1960. Capellán del Colegio Menor Calvo Sotelo en plaza de las Mercedes desde el año 1960. Profesor de Teología en el Seminario Mayor entre los años 1963 y 2003. Sus alumnos le agradecemos el que nos haya puesto al día en la temática conciliar y postconciliar. Gracias a profesores como D. José pudimos adentrarnos con soltura en las enseñanzas del Concilio Vaticano II. Muy al día en las bibliografías que se iban publicando y aconsejaba certeramente a cuantos deseaban profundizar en la temática bíblico- teológica.

 Canónigo de la Catedral Basílica a partir del año 1973. Son famosas sus peroratas en la sacristía de la Catedral, que podían ser seguidas desde cualquiera ángulo del templo, dado su ardor en la exposición como su coraje aperturista en la defensa argumental.

Profesor de Región y Moral Católica en el IES de as Lagoas entre los años 1977 y 1996. Participó en el CP de Galicia en la comisión de Apostolado Seglar. Delegado de Enseñanza Religiosa entre los años 1988 y 1993. Defendía con entusiasmo la presencia de la asignatura de Religión y Moral Católica en la escuela. Colaboró con la Vicaría de Pastoral en conferencias y charlas preparatorias para las programaciones diocesanas. Era de los profesores asiduos en la formación   permanente del Clero.

D. José escribía en la revista Auriensia, en Pastoralia y participó en las semanas de teología del Instituto Superior de Investigaciones Científicas de Francisco Suárez. Colaboró también en el diario La Región por algún tiempo. Hombre muy familiar, le gustaba visitar su pueblo de Gomesende; siempre que podía, se marcha en busca de tranquilidad y sosiego. No perdonaba los dos meses de vacaciones con sus familiares. ¡Que descanse en paz!

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