R. I. P. El M. I. Sr. D. Salvador González Crespo, canónigo de la S. I. Catedral. José Pérez Domínguez
Natural de San Salvador de Río en Villamarín. Cursó estudios en el Seminario de Ourense. Fue ordenado de Presbítero en el año 1949. D. Salvador González Crespo ha escrito una página hermosa en la historia de la diócesis de Ourense. Rector del Seminario Menor en noviembre de 1951, en un momento histórico y transcendente. Los Padres Paúles de la Congregación de la Misión dejaban el Seminario Menor. Se iniciaba un nuevo período para la institución eclesiástica: los sacerdotes diocesanos asumían la responsabilidad del Seminario. El Sr. Obispo, D. Francisco Blanco Nájera, nombra a D. Salvador González Crespo como nuevo Rector del Seminario Menor y con un joven equipo de formadores, que han sabido dar continuidad a la tarea de la formación de los futuros sacerdotes con altura, tanto humana, como académica y espiritual. Como Rector era complaciente con los seminaristas, con detalles de generosidad con los más necesitados (que en aquel tiempo éramos la mayoría), solemne en su actuación y en su porte. Yo lo recuerdo paseando por aquellos comedores largos, con aroma e manzanas de invierno, fijándose en la comida que nos daban o tratando de imponer silencio para que pudiésemos escuchar por radio el gol de Marcelino contra Rusia. También lo recuerdo, paseando por las clases que habíamos convertido en hogares de juego y lectura, intentando hacernos la vida agradable en las vacaciones de Navidad, y procurando sacudirnos la morriña, cuando no podíamos ir a casa más que en las vacaciones de verano. Siempre tuvo problemas con su voz. En los últimos años de profesor se ayudaba de un pequeño megáfono para no forzar las cuerdas bucales. Pero su tarea fue larga también en la curia diocesana. Ecónomo diocesano desde el año 1964. Eran tiempos en los que los principios de economía eran básicos: sumar y restar, “no gastar más que lo que se ingresaba” y ahorrar algo para arreglo de iglesias, de casas rectorales o enfermedades de sacerdotes. A D. Salvador le tocó lidiar con las autoridades para poder defender los derechos de la Iglesia diocesana en la construcción de los embalses de Castrelo de Miño y de Lindoso en Portugal con la anegación de la Baixa Limia. Claro que eran otros tiempos y pocos los derechos que se le reconocían a los afectados. Fue vicecanciller desde el año 1973. Beneficiado de la S. I. Catedral desde el año 1977 y luego canónigo. Se jubiló en el año 1993. En la Catedral recordamos a D. Salvador, con su porte elegante, confesando los sábados y domingos por la tarde, participando en las misas estacionales, cumpliendo con la obligación hebdomadaria y con un trato cariñoso y cercano con el personal de la Catedral. Entres su aficiones estaban sus largos paseos, su conversación fluida y distendida, su vestuario acorde con cada momento y situación, pero siempre muy elegante y fino. Los últimos años de su vida los pasó en la Casa Sacerdotal de Lamas Carvajal, compartiendo con los compañeros sacerdotes y demás residentes más alegrías que penas, comentarios, anécdotas, que disfrutaba contando y, hasta que pudo, con un paseíllo que otro hasta la Catedral o hasta la tienda “Santorum” en donde le gustaba platicar.]]>