¡Feliz Pascua de Resurrección!
La muerte quiso devorar a Jesús, como había hecho hasta entonces con todos los seres humanos caídos bajo su dominio. Jesús bajó a los infiernos, al reino de los muertos, de donde nadie había vuelto. Y la muerte fue vencida en su propia madriguera. La resurrección de Jesús es el estallido de vida, la luz que resplandece en la oscuridad, el punto de inflexión que conmociona la historia de la humanidad. Del dominio del pecado, que conduce a la disgregación y a la disolución de todo, al poder de la gracia que lo recapitula todo en Cristo. La Palabra de Dios, tan abundante en la Vigilia Pascual, nos invita a releer la historia de la humanidad y nuestra historia personal en clave de historia de salvación. La liturgia bautismal y la eucaristía nos ofrecen la participación sacramental en la vida nueva de Jesús. Por esto hoy cantamos un aleluya que nos sale del alma y que se prolonga en el anuncio gozoso que hemos de proclamar por todas partes, y que de hecho es el núcleo del evangelio: ¡Cristo ha resucitado! ¡Felices pascuas para todos! ]]>