Hoy, día 26 de julio, la Iglesia celebra la memoria de san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María. Es en el siglo II cuando aparece la tradición según la cual los padres de la Virgen María se llamaban Joaquín y Ana.
Lo importante es que, así como María encarna el ideal de la madre cristiana, santa Ana es la imagen de la buena abuela. “0 matrimonio feliz de Joaquín y Ana. Toda criatura está unida a vosotros, porque, por medio de vosotros el Creador ofreció el don más importante de todos, es decir, una madre casta, la única digna del Creador» (San Juan Damasceno).
“En ocasiones, por la calle y en el transporte público, me complace observar a abuelos y abuelas que acompañan a sus nietos. Algunos abuelos, con sentido del humor, dicen que su profesión actual es hacer de canguro… Esto me consuela mucho. Los abuelos son un tesoro que deberían disfrutar las nuevas generaciones; ellos son los grandes transmisores de la fe a sus nietos” (Cardenal Omella).
San Pablo escribe a Timoteo, su hijo espiritual y fiel discípulo, recordándole la fe que aprendió de su madre y de su abuela: «Evoco el recuerdo de tu fe sincera, la que arraigó primero en tu abuela Loide y en tu madre Eunice, y estoy seguro que también en ti». (2 Tm 1,5)
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