Día 4º.- Martín se convierte al cristianismo:
Tema: Martín se convierte al cristianismo.
«Hasta ahora te he servido como soldado. Déjame de ahora en adelante servir a Jesucristo propagando su santa religión»
Martín se educa en Pavía, en el norte de Milán, y acompaña a sus condiscípulos y amigos que frecuentan las catequesis en el catecumenado, preparándose para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana. Sus padres no son favorables a tales aficiones de Martín, pero tampoco se oponen. El bienestar reinaba en el hogar de Martín, sus padres tenían buena posición social, lo religioso no les preocupaba grandemente. Y, Martín, dejándose guiar por sus compañeros, encuentra en el ambiente de amistad y búsqueda juvenil, a Jesús de Nazaret, el único que puede dar sentido a toda una vida. ¡Qué bueno sería que la familia viviera comprometida en la trasmisión de la vida corporal y en la transmisión de la vida espiritual a los hijos! La familia, como transmisora de la fe, debe tener un apartado especial en el Sínodo que vamos a celebrar en nuestra Diócesis.
Hechos 2: 42. 44. “Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones… Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común”.
Interiorizamos la Palabra: El Señor está presente entre los suyos y su acción salvadora hace crecer el grupo de creyentes. La presencia de Jesús se reconoce en la oración y en la comunidad. Aparece un nuevo estilo de vida que produce admiración y sorpresa a los de fuera. Su signo característico es la comunión de mesa y de bienes, compartidos según la necesidad de cada uno. Es la dirección que el Espíritu señala a la comunidad.
Contemplamos: Generalmente las familias se esmeran en la preparación de sus hijos para un futuro profesional. La fe por desgracia ocupa poco espacio en sus preocupaciones. Hoy nos acostumbramos a ver como muchos abandonan la práctica religiosa y se alejan de la Iglesia. Nos duele sobre todo la juventud que se nos va. Comprendemos que lo de siempre no sirve pastoralmente hablando. Pero comprobamos también cómo el Espíritu rejuvenece a la Iglesia con nuevos movimientos, nuevos grupos, nuevas asociaciones. Con su fuera y nuestro testimonio podemos crear un nuevo estilo de vida.
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