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Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

En Lucas 1,28, hay otra confirmación en el pasaje del anuncio del ángel a María, a quien se refiere como la “llena de gracia” (“íntegra de gracia”). Y también de boca de Isabel, en Lucas 1,41-44, cuando saluda a su prima María. “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno”.

Muy desde sus principios, reconociendo el paralelismo ente la caída y la redención, la Iglesia comenzó a referirse a María como la Nueva Eva y a ir desglosando, a través de los siglos, todas las implicancias de ese papel de gracia que comenzó a plasmarse desde su preservación del pecado de Adán por su Inmaculada Concepción.

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