“Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre bendito y alabado”.
Señor Jesús: desde tiempos antiguos la Iglesia designó tu presencia real en la Santa Eucaristía como el Misterio de la fe. De hecho, nuestras capacidades humanas de identificar la realidad no pueden, sólo por sí solas, reconocer vuestra presencia amorosa en la simplicidad simbólica del Pan y el Vino. Y desde antiguo la Iglesia siempre te reconoció realmente presente bajo las especies eucarísticas y, de rodillas, te adoró.
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Desde las escalinatas de entada a la Catedral bendición con el Santísimo |
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Aspecto de la plaza de San martiño |
Solo tu, Señor, puedes manifestar, señalar tu presencia, hacernos sentir tu amor. Este año de misión en Ourense, «Ourense en misión con María«, tu presencia en la Eucaristía nos ayuda a situar, nuestra vida y la vida de la Iglesia, en la densidad del compromiso evangelizador.
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Tantum ergo y bendición. |
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Misa estacional del Corpus Christi |
Tu instituiste la Eucaristía manifestando tu deseo de intimidad con tu Iglesia y con todos aquellos que se habían identificado contigo, uniéndose a tu Pascua: «tomad y comed, esto es mi Cuerpo». Hacer del cuerpo un don, recibir ese don está, desde la misma Creación, en la expresión del propio lenguaje del amor.
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El Sr. Obispo preside la Eucaristía |
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Misa en lengua gallega |
Cuando te adoramos compartimos contigo nuestro amor redentor. Nos sentimos enviados en misión, con un amor renovado. Siempre que te anunciamos, te adoramos; sentimos la urgencia de amar a los hombres, nuestros hermanos, y de ser, nosotros tu Pueblo, una comunión de amor. Cuando te adoramos, nos sentimos peregrinos de la Patria Celeste, donde contemplaremos tu rostro, donde la alegría del amor definitivo confirmará nuestra fe, nos mostrarás que valió la pena creer.
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Primera misa de la mañana |
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Coral de la Excma Diputación de Ourense |
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Coral de la Excma Diputación de Ourense |
En este año de compromiso misionero «Ourense en misión con María» te adoramos Señor y te pedimos confiados: Señor, aumenta nuestra fe en tu presencia real en la Eucaristía, que es “fuente y cumbre de toda la vida cristiana y de toda la actividad misionera de la Iglesia”.
“Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. Sea por siempre bendito y alabado”.
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