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Novena a la Purísima

VIRGEN INMACULADA

Novena breve

 

Ambientación histórico – artística:

La Inmaculada Concepción es un dogma de la Iglesia católica definido en el año 1854. Afirma que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción en virtud de los méritos de su hijo Jesucristo. Pero, una vez más, el pueblo de Dios se anticipó a sus pastores distinguiendo a María con la advocación de la Inmaculada Concepción. En la Catedral de Ourense, en el año 1658, se encargó el primer retablo de la Inmaculada a Mateo de Prado, que se colocaría en la capilla central de la girola. De este retablo solo se conserva, maltrecha, una imagen en el museo catedralicio. En 1778, el Deán Antonio Francisco Salgado renovó el retablo y encargó una nueva imagen, una interesante talla de la escuela madrileña, atribuida con acierto al gran escultor Luis Salvador Carmona. La capilla de la Inmaculada se viste de azul y rosas para su novena y solemnidad, día ocho de diciembre. En el Museo de la Catedral se conserva también otra delicada imagen que, siguiendo los modelos de Gregorio Fernández, realizó Mateo de Prado para la hornacina alta del retablo de la Conversión de San Pablo. En la Sacristía estuvo, hoy en Santa María Madre, un magnífico cuadro de la Inmaculada firmado por el pintor madrileño Antonio Castrejón, siglo XVII. Por lo que se ve que la devoción a la Inmaculada Concepción estuvo, desde tiempo inmemorial, muy presente en la Catedral. Su fiesta se celebra el día 8 de diciembre.  

Himno mariano de la fiesta de la Purísima:

 Pureza inmaculada, espejo del Señor, ¡oh fuente de la gracia, unida al redentor!

Belleza sin mancilla, encanto virginal, tú eres la alegría, la gloria del mortal.

¡Oh vara florecida del tronco de Jesé!, en gracia concebida, ¡oh gloria de Israel!

Dichosa por los siglos los pueblos te dirán: tú fuiste del Dios vivo la aurora celestial. Amén.

 

Texto Bíblico: Lc. 1, 26 – 28:

En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Comentario a la Palabra de Dios:

Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios (Mt. 5, 8). La alegría de María, tal como se lo explica el arcángel San Gabriel, brota de su plenitud de gracia, de la presencia de Dios en su corazón. El papa Francisco, en su exhortación apostólica Gaudete et Exultate (Alegraos y Regocijaos) en la que nos invita a ser santos, nos pide alegría y regocijo, desde un corazón limpio, puro, sencillo, sin suciedad.  ¿Por qué motivo? Porque del corazón nace lo que contamina al hombre (cf. 15,18), porque de allí proceden los asesinatos, el robo, los falsos testimonios, y demás cosas (cf. 15,19)

Oración de los fieles:

Oremos al Señor nuestro Dios, que eligió a María con vo­cación singular, bendita entre todas las mujeres.
  • Por la Iglesia universal: para que viva sin mancha ni arruga ni nada seme­jante, avanzando por el camino de la santidad. Roguemos al Señor.
  • Por los jóvenes y adolescentes: para que sigan, como María, la virtud de la pureza y vivan siempre alegres en el amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.
  • Por los enfermos y cuantos sufren en este valle de lágrimas: para que en­cuentren siempre en María el consuelo y la gracia que necesitan. Roguemos al Señor.
  • Por cuantos estamos aquí, celebrando con gozo el triunfo de Cristo en María: para que, como ella, seamos santos e irreprensibles por el amor. Roguemos al Señor.

Padre nuestro, Avemaría y gloria al Padre…

Oración final:

Te pedimos, Señor, que la Concepción Inmaculada de María, que hoy celebramos, sea fuente de bendición para todos. Por Jesucristo nuestro Señor.]]>

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