3º Día de la Novena al Santo Cristo de Ourense.
Jesús ante el Sanedrín. Mc. 14, 53. 55. 61 – 65.
“¿Eres tú el Mesías? -Sí, lo soy”. Nada malo has hecho y te condenan a muerte. Señor, que sepa mansamente ser perseguido por la justicia y decir la palabra adecuada al que sufre injustamente.
Pero para ello necesitamos ser fuertes y valientes en la vida. Jesús, que estará siempre con nosotros hasta el final del mundo, nos dice: “Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna”. Jn. 6, 22 – 29.
Los judíos se admiran ante la multiplicación de los panes y los peces. Según la gente, Jesús hizo lo mismo que Moisés en el desierto. Y, al ir detrás de Jesús, pretendían que el pasado se repitiera, pues veían sus necesidades cubiertas. Luego sienten la misma decepción que sentimos nosotros al centrar nuestra oración en problemas personales, laborales… Antes y ahora el Señor nos pide un paso más: creer en Él y dejarnos guiar por Él.
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oración en tiempos difíciles: Haz que en medio de las luchas y las pruebas de la vida nos sintamos partícipes de tu pasión, − para experimentar en nosotros la fuerza de tu redención.
Apiádate de nosotros, Señor.
Oración
Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
]]>