MISA POR LOS COFRADES DIFUNTOS DEL SANTO CRISTO DE OURENSE
DÍA 3 DE MAYO, A LAS 10. 30 DE LA MAÑANA
PRESIDE EL Sr. OBISPO, D. LEONARDO LEMOS MONTANET
Tapices del Real Sitio de la Granja de san Ildefonso
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 9°
Día 3 de mayo, sábado: noveno día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
Hemos llegado al 3 de mayo, fiesta del Santo Cristo de Ourense. Hoy miramos esta sagrada imagen de JESUCRISTO, custodiada en su Capilla en nuestra Catedral, que hoy más que nunca se transforma en Santuario de la esperanza. Escuchemos que se nos dice: «Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único».
««Nos amó», dice san Pablo refiriéndose a Cristo, para ayudarnos a descubrir que de ese amor nada «podrá separarnos». Pablo lo afirmaba con certeza porque Cristo mismo lo había asegurado a sus discípulos: «los he amado». También nos dijo: «os llamo amigos». Su corazón abierto nos precede y nos espera sin condiciones, sin exigir un requisito previo para poder amarnos y proponernos su amistad: «nos amó primero». Gracias a Jesús «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído» en ese amor»» (DN l).
Tapices del Real Sitio de la Granja de san Ildefonso
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 8º
Día 2 de mayo, viernes: octavo día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
“Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En este octavo día de la novena al Santo Cristo contemplamos el gran misterio de la EUCARISTÍA, en la que encontramos «el Corazón de Jesucristo vivo, capaz de liberar, de dar sentido a cada momento y de derramar la verdadera paz al ser humano (DN 26) ( … ). En medio de la vorágine del mundo actual y de nuestra obsesión por el tiempo libre, el consumo y la distracción, los teléfonos y las redes sociales, olvidamos alimentar nuestra vida con la fuerza de la Eucaristía» (DN 84). Encontrémonos con Jesucristo vivo y resucitado en el misterio de la Santa Misa, en la Sagrada Comunión, en la adoración y en la vida fraterna y eclesial que nace de la Eucaristía.
Tapices del Real Sitio de la Granja de san Ildefonso
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE 0URENSE. DÍA 6°
Día 30 de abril, miércoles: sexto día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En el sexto día de la novena al Santo Cristo de Ourense vamos a contemplar la realidad del PECADO, el cual es, ante todo, ofensa a Dios. Contemplar al Crucificado-Resucitado nos mueve al dolor por haber defraudado al que tanto nos ama, y la experiencia del perdón nos abre a la mayor esperanza.
«Como sabemos por experiencia personal, el pecado deja huella, lleva consigo unas consecuencias; no sólo exteriores, en cuanto consecuencias del mal cometido, sino también interiores, en cuanto «todo pecado, incluso venial, entraña apego desordenado a las criaturas que es necesario purificar, sea aquí abajo, sea después de la muerte, en el estado que se llama Purgatorio». Por lo tanto, en nuestra humanidad débil y atraída por el mal, permanecen los efectos residuales del pecado. Estos son removidos por la indulgencia, siempre por la gracia de Cristo, el cual, es «nuestra «indulgencia»» (SNC 23). Acojamos en este Jubileo la gracia de la indulgencia.
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 5°
Día 29 de abril, martes: quinto día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En el quinto día de la novena al Santo Cristo escuchamos en el evangelio estas consoladoras palabras: «Venid a mí los que estáis cansados y agobiados». «Aunque en las Escrituras tenemos su Palabra siempre viva y actual, a veces Jesús nos habla interiormente y nos llama para llevarnos al mejor lugar. Ese mejor lugar es su propio corazón. Nos llama para hacernos entrar allí donde podemos recuperar las fuerzas y la paz» (DN 43).
Estas palabras «encuentran su máxima expresión en Cristo clavado en una cruz. Esa es la palabra de amor más elocuente. Esto no es cáscara, no es puro sentimiento, no es diversión espiritual. Es amor. Por eso cuando san Pablo buscaba las palabras justas para explicar su relación con Cristo dijo: «Me amó y se entregó por mí» (Ga 2,20). Esa era su mayor convicción, saberse amado. La entrega de Cristo en la cruz lo subyugaba, pero sólo tenía sentido porque había algo más grande todavía que esa entrega: «Me amó»» (DN 46). Vayamos a descansar en Él en este Año Jubilar en el sacramento de la PENITENCIA, de ahí brotará la certeza de sabernos amados y la mayor esperanza.
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 4º
Día 28 de abril, lunes: cuarto de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En el cuarto día de la novena al Santo Cristo queremos experimentar que también nosotros necesitamos «nacer de nuevo», renovando la esperanza que brota del sacramento del BAUTISMO, por el que fuimos injertados en Jesucristo y grabados a fuego en su Corazón.
«En el Bautismo, en efecto, sepultados con Cristo, recibimos en Él resucitado el don de una vida nueva, que derriba el muro de la muerte, haciendo de ella un pasaje hacia la eternidad. Y si bien, frente a la muerte — dolorosa separación que nos obliga a dejar a nuestros seres más queridos — no cabe discurso alguno, el Jubileo nos ofrecerá la oportunidad de redescubrir, con inmensa gratitud, el don de esa vida nueva recibida en el Bautismo, capaz de transfigurar su dramaticidad» (SNC 20). Somos peregrinos de esperanza hacia la eternidad.
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 2°
Día 26 de abril, sábado: segundo día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En el segundo día de la novena al Santo Cristo queremos experimentar que mirar a Jesucristo, conocerlo, amarlo y seguirlo, además de exigirnos formar parte activa de la Iglesia, nos lanza también a la MISIÓN.
Nos dice el Papa: «La esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la Cruz ( … ). La esperanza cristiana no engaña ni defrauda porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino» (SNC 2). Esta esperanza tiene que ser comunicada a toda la humanidad.
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
NOVENA AL SANTO CRISTO DE OURENSE. DÍA 1°
Día 25 de abril, viernes: primer día de la novena al Santo Cristo de Ourense.
«Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo».
En plena celebración de la Pascua de Resurrección, comenzamos la Solemne Novena al Santo Cristo de Ourense en este 2025, Año Jubilar. La venerada imagen del Crucificado que custodia nuestra Catedral se convierte en este año en el Cristo de la Esperanza, como referente para toda la Diócesis en la celebración de este Jubileo por los 2025 años de la Encarnación del Señor.
En estos días queremos reavivar la esperanza releyendo la Bula de convocación del Jubileo Spes non confundit (SNC) y la última Carta encíclica del Papa, Dilexit nos (DN), dedicada al amor de Dios, que en el misterio de su Sagrado Corazón se nos ha manifestado.
Que esta novena pueda ser para nosotros «un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, puerta de salvación» (SNC 1). Miremos juntos al Santo Cristo estos días y repitamos, también juntos: ¡Salve Cruz, Esperanza nuestra!
«Por tu pasión y muerte de cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte».
. 21 – IV – 2025
El papa Francisco ha fallecido este lunes, 21 de abril, a los 88 años de edad, en Roma, según ha anunciado el cardenal Kevin Joseph Farrell, cardenal camarlengo. La Santa Sede lo ha hecho público a las 10.00h. con un comunicado:
El cardenal Kevin Joseph Farrell, anunció con tristeza el fallecimiento del Papa Francisco, con estas palabras:
«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.
Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.
Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».
El papa Francisco impartió ayer la bendición apostólica Urbi et orbi
El Papa Francisco, que salió del hospital el pasado 28 de marzo tras una larga hospitalización de 37 días por una neumonía, apareció en público por última vez ayer domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, para impartir la tradicional bendición apostólica Urbi et orbi.
Jorge Mario Bergoglio, S.J, fue elegido Papa el 13 de marzo de 2013, adoptando el nombre de Francisco, en agradecimiento a san Francisco de Asís, el santo de la pobreza, la paz y la humildad. Se convirtió así en el 266º Papa de la historia de la Iglesia católica y en el primer Pontífice americano y jesuita. Su lema para su Pontificado fue: Miserando atque eligendo.
Comenzaba así su camino, que continuaba durante 12 años, de acompañamiento en la fe como Pastor de la Iglesia, de anunciar la alegría del Evangelio, en comunión, con una misión abierta a todos y siempre preocupado por los más desfavorecidos.
¡Gracias, papa Francisco!
Durante todo su Pontificado el Papa Francisco confesó que llegaba de las periferias para servir a la Iglesia y a la humanidad. Deseó «una Iglesia pobre y para los pobres». Y en multitud de ocasiones, desde la primera vez que impartió la Bendición apostólica Urbi et Orbi, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, pidió: «por favor, no se olviden de rezar por mí».
Ahora en estos momentos dolorosos, pedimos al Señor por su descanso eterno y mostramos nuestro agradecimiento por su vida puesta al servicio de la Iglesia. Nos unimos en oración, a todo el Pueblo de Dios, con la esperanza en la resurrección (C.E.E.)