Image-2

Roque Santo y Peregrino

San Roque

16 de agosto de 2021

  Entorno Vital: Resume do Corona Virus: Con data a 1 de agosto do ano 2021 tiñan falecido no mundo 4,2 millóns de persoas a consecuencia do COVID-19. En Asia a cifra de mortes ascendía a unhas 836.700 persoas. En Europa máis de un millón de mortes. A cifra contabilizada en América superaba xa os dous millóns de decesos. En España fálase de 82.026 falecidos. O número de contaxiados ronda os 4.588.006 en toda España. Falecidos en Galicia 2.470. De non termos vacinas, estaríamos flan do de unha das desgracias maiores da historia da humanidade. San Roque, una vida de misericordia, que mira a los demás con los ojos del corazón: San Roque “brilla no sólo por su santidad y la fama de sus milagros, sino por el esplendor de una vida caracterizada por la misericordia, sabiendo mirar a los demás con los ojos del corazón para percibir sus miserias y tratar de remediarlas”. Al reflexionar sobre los momentos actuales, por la situación generada a raíz de la pandemia del Covid19 Pérdida de la memoria y de la herencia cristiana:  San Juan Pablo II “en la crisis humanitaria que padecemos se percibe la “pérdida de la memoria y de la herencia cristianas, unida a una especie de agnosticismo práctico y de indiferencia religiosa”. Damos la impresión de vivir sin base espiritual y como herederos que han despilfarrado el patrimonio recibido a lo largo de la historia…, en un contexto social y cultural en el que el proyecto de vida cristiano se ve desdeñado y amenazado”.   “Revitalizar la tradición cristiana y vivir los valores auténticos que han dado sentido a nuestra vida”  Para superar las dificultades actuales “revitalizar la tradición cristiana y vivir los valores auténticos que han dado sentido a nuestra vida”. Ello “nos ayudará por respeto a las personas que sufren y por coherencia evangélica, a asumir con tanta dignidad como fidelidad este momento y a generar un ámbito cultural y social que no cierre los ojos a la luz de la fe en medio de tanta sospecha y desconfianza. La fe nos libera del miedo, nos da esperanza e interpela a los desencantados”.   Los santos reflejan en su actuación personal la verdad, la bondad y la belleza del amor de Dios”. “San Roque sabía que el ruido es del tiempo y el silencio de la eternidad. Dios fue el centro de su vida, afrontando las dificultades pues la gloria de Dios siempre va unida a la cruz de Cristo. Cuando nos encontramos con un santo, en él nos sorprende todo. Los santos reflejan en su actuación personal la verdad, la bondad y la belleza del amor de Dios”.  

Canta Aqua Música

Galería de fotos:

]]>

Image-30

Nuevo Diácono para Ourense

ORDENACIÓN DEL DIÁCONO BENJAMÍN ALEXANDER MORENO CASTAÑO DEL SEMINARIO REDEMPTORIS MATER

S. I. Catedral de Ourense

12 – VI – 2021

El elegido para el diaconado se acerca al obispo y se arrodilla ante él. El obispo le impone las manos sobre la cabeza en silencio. Arrodillado el elegido ante el obispo, este, con las manos ex­tendidas, dice la oración de consagración: Escúchanos, Dios todopoderoso, que distribuyes las responsabilidades, repartes los ministerios y señalas a cada uno su propio oficio; inmutable en ti mismo, todo lo renuevas y ordenas y con tu eterna provi­dencia lo tienes todo previsto y concedes en cada momento lo que conviene por Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que es tu Palabra, tu Sabiduría y tú Fuerza. Tú haces crecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, y, enriquecida con dones diversos, hermosamente cons­truida con miembros distintos y unificada mediante admirable estructura, la edificas como templo de tu gloria. Así estableciste, Señor, que hubiera tres órdenes de ministros para tu servicio, del mismo modo que en la Antigua Alianza habías elegido a los hijos de Leví para que sirvieran al templo, y, como herencia, poseyeran una bendición eterna. Así también, en los comienzos de la Iglesia, los Após­toles de tu Hijo, movidos por el Espíritu Santo, eligieron, como auxiliares suyos en el servicio cotidiano, a siete varones, tenidos por fieles testigos del Señor, a quienes, mediante la oración e imposición de manos, dedicaron al servicio, de los pobres, para poderse entregar ellos con mayor empeño a la oración y al servicio, de la palabra. Te pedimos, pues, Señor, que mires también con bondad a éstos, tus siervos, que por mi oración consagro para el orden del diaconado y el servicio del altar. Envía sobre ellos, Señor, el Espíritu Santo, para que, fortalecidos con tu gracia de los siete dones, desempeñen con fidelidad su ministerio. Resplandezcan en su vida todas las virtudes: el amor sincero, la solicitud por los enfermos y los pobres, la autoridad moderada, la pureza sin tacha y un vivir siempre según el Espíritu; que tus mandamientos, Se­ñor, se vean reflejados en su vida, y que, el ejemplo de su castidad suscite la imitación del pueblo santo; que sostenidos por el testimonio. de su buena conciencia, perseveren firmes y constantes en Cristo, de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo, que no vino a ser servido, sino a servir, merezcan reinar con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Acabada la oración de consagración, el obispo se sienta con la mitra puesta. El ordenado se levanta y algunos diáconos o pres­bíteros imponen al ordenado la estola según el modo diaconal y lo revisten con la dalmática. El ordenado, con las vestiduras diaconales, se acerca al obispo, que entrega a cada uno el libro de los Evangelios, diciendo: Recibe el Evangelio de Cristo, del cual has sido constituido mensajero; convierte en fe viva lo que lees, y lo que has hecho fe viva enséñalo, y cumple aquello que has enseñado (Ritual de Ordenaciones).    ]]>

Pentecostés

Solemnidad de Pentecostés

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

 VIGILIA DE PENTECOSTÉS

22 – V – 2021

  Sed bienvenidos a esta celebración de la Vigilia de Pentecostés. Se nos dice en los Hechos de los apóstoles «cuando llegó el día de Pentecostés estaban reunidos y se llenaron todos de Espíritu.» Celebramos hoy la fiesta del Espíritu Santo, día de la Acción Católica y del Apostolado seglar. En este tiempo de dolor e incertidumbre, somos invitados a la Esperanza, somos impulsados a soñar que otro mundo es posible. Somos pueblo de Dios en salida, peregrino por la tierra, siguiendo a Cristo y guiado por su Espíritu «CONSTRUYENDO LOS SUEÑOS, JUNTOS». Desde que empezamos a caminar no debemos detenernos jamás y hemos de mejorar, constantemente, el ritmo. Los laicos como Iglesia hemos de estar unidos viviendo los valores de la humildad, comprensión, FE, ESPERANZA y AMOR, teniendo como referente a CRISTO. Que El Espíritu Santo nos ilumine y seamos capaces de transmitir la alegría del Evangelio, para que podamos ser luz en un mundo con muchas sombras. El Señor nos quiere alegres. Ojalá algún día cada uno de nosotros podamos escuchar la voz de JESÚS diciéndonos: «Te veo reír y no sé cuál de los dos es más feliz». Nos unimos también al gozo de estos hermanos nuestros en la fe que recibirán, en esta celebración, el Espíritu Santo por medio del Sacramento de la Confirmación. Pidamos que la fuerza del Espíritu nos haga a todos semillas del Evangelio. “Celebramos la vigilia de Pentecostés; imitando a los apóstoles y discípulos, que, con María, la madre de Jesús, se dedicaban a la oración, esperando el Espíritu prometido por el Señor, escuchemos ahora, con atención y reposadamente, la Palabra de Dios. Meditemos los prodigios que hizo Dios en favor de su pueblo y pidamos que el Espíritu Santo, que el Padre envió como primicia para los creyentes, lleve a plenitud su obra en el mundo”.

Confirmación de Adultos

Un grupo de cristianos adultos (treinta y nueve) van a ser confirmados por el Sr. Obispo en esta celebración de la Vigilia de Pentecostés. Ellos recibirán, con sus siete dones, la plenitud del Espíritu Santo, que les facilitará ser cristianos misioneros en el mundo.  

Misa Estacional

Día 23 – V – 2021

Oración:

Dios todopoderoso,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo,

a estos siervos tuyos y los libraste del pecado,

escucha nuestra oración

y envía sobre ellos el Espíritu Santo Defensor;

llénalos de espíritu de sabiduría

y de inteligencia,

de espíritu de consejo y de fortaleza,

de espíritu de ciencia y de piedad,

y cólmalos del espíritu de tu santo temor.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

Galería de fotos:

]]>

Image-57

Diaconado permanente

ORDENACIÓN DE UN CASADO COMO DIÁCONO PERMANENTE PARA LA IGLESIA DE OURENSE

D. Amancio José Moure Lorenzo

  1. S. I. Catedral de Ourense.

15 – V – 2021

El diaconado permanente un regalo divino a la Iglesia de Dios

El Concilio Vaticano II restableció el diaconado «como un grado particular dentro de la jerarquía» (LG 29) en la Iglesia católica latina; las Iglesias de Oriente lo habían mantenido siempre. El diaconado permanente constituye un enriquecimiento importante para la misión de la Iglesia. En efecto, es apropiado y útil que hombres que realizan en la Iglesia un ministerio verdaderamente diaconal, ya en la vida litúrgica y pastoral, ya en las obras sociales y caritativas, «sean fortalecidos por la imposición de las manos transmitida ya desde los Apóstoles y se unan más estrechamente al servicio del altar, para que cumplan con mayor eficacia su ministerio por la gracia sacramental del diaconado» (AG 16; cf. Catecismo de la Iglesia católica, 1571).

 ¿Qué es un Diácono?

Un diácono (del griego diakonos = «servidor») es el fiel laico que recibe el tercer grado del sacramento del Orden por la imposición de las manos del Obispo y queda constituido y habilitado para servir al Pueblo de Dios en la diaconía de la Palabra, de los Sacramentos y de la Caridad. El diácono es ordenado «para realizar un servicio y no para ejercer el sacerdocio» (LG 29) y está llamado a configurar su vida a imagen de Cristo servidor: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10, 45). Hay dos clases de diáconos: los diáconos ‘transitorios’, que un día serán ordenados presbíteros, y los diáconos ‘permanentes’, que son ordenados sólo y para siempre para el diaconado. El diaconado permanente puede ser conferido a hombres célibes o casados. Si el candidato está casado, la esposa deberá autorizar por escrito la aceptación para la ordenación del esposo (requisito indispensable). Un diácono casado que pierde a su esposa no puede volver a contraer matrimonio, pero sí puede optar a ser presbítero. Quien es ordenado diácono siendo soltero, se compromete al celibato permanente. Solo el varón bautizado recibe válidamente esta sagrada ordenación. El sacramento del Orden confiere un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni conferido para un tiempo determinado.

 Cualidades del diácono permanente

Ya san Pablo establecía una serie de cualidades para los diáconos (cf. 1 Tim 3, 8-13). La Iglesia católica latina pide que el candidato al diaconado permanente posea, además de la necesaria formación, determinadas cualidades para recibir el orden, es decir, doctrina recta, piedad sincera, buenas costumbres, aptitud y salud física y psíquica para ejercer el ministerio (cf. canon 1051, 1 del CIC). El diácono permanente debe ser considerado hombre íntegro y honrado por la comunidad, caritativo, respetuoso, misericordioso y servicial.

Funciones de los Diáconos

Son funciones de los diáconos, entre otras: – Instruir a los fieles. – Presidir las oraciones. – Asistir al obispo y a los presbíteros en la celebración de la Liturgia, sobre todo, de la Santa Misa, proclamar el Evangelio, preparar las ofrendas y distribuir la sagrada Comunión. – Predicar la homilía en los casos que fuera conveniente. – Administrar el sacramento del Bautismo. – Asistir y bendecir el Matrimonio. – Bendecir personas y cosas (tales como la bendición del agua, etc.). – Llevar el viático o sagrada Comunión a los moribundos. – Por escasez de sacerdotes, el Obispo le puede encomendar una participación en el ejercicio de la cura pastoral de una parroquia, bajo la dirección de un sacerdote. – Presidir la celebración de la Palabra. – Presidir las exequias y responsos fúnebres. – Presidir la celebración dominical en ausencia del presbítero, no pudiendo consagrar la Eucaristía.

Galería de fotos:

]]>

DSC00808

Bodas de oro sacerdotales. Promoción del 26 – VII – 1971

Vodas de ouro sacerdotais

12 – V – 2021

Somos a promoción do 26 de xullo do 1971. Celebramos a vodas de ouro sacerdotais seis compañeiros: Atilano (Santa Eufemia), José Carlos (Catedral), Ramiro (Catedral), Aquilino (Santa Teresita), M. Sierra (capellán no CHUO) e un servidor  José Pérez Domínguez (Catedral). Únense á festa, dende o ceo, Ricardo, Berardo e Manolón, falecidos. A nosa promoción foi das últimas na que a lingua latina era esencial tanto para comunicación intereclesial como para os estudos filosófico-teolóxicos e celebracións litúrxicas. Por iso os suliñados van latín, reflexo de unha historia e de unha vida, e que a maioría dos lectores seguen no esquema da eucaristía.

Tres canónigos da S. I. Catedral celebran as súas vodas de ouro sacerdotais.

M.I.Sr. D. José Carlos Fernández Otero                              Ilmo Sr. D. José Pérez Domínguez                         M.I.Sr. D. Ramiro González Cougil

Aos 60, aos 50 e aos 25 anos de sacerdocio

12 – V – 2021

 Excelentísimo Sr. Bispo D. Leonardo; Sr. Bispo D. Francisco José, compañeiros e amigos sacerdotes, seminaristas e relixiosas.

 Adjutorium nostrum in nomine Domini: Algúns sacerdotes, moitos, están a celebrar  hoxe as súas vodas de platino (60 anos); outros celebramos as vodas de ouro (50 anos) e , os máis novos, celebran as súas vodas de prata sacerdotais (25 anos). Co gallo da pandemia covid 19 xuntámonos dúas promocións de cada un dos aniversarios. As nosas promocións foron das últimas nas que a lingua latina era esencial tanto para comunicación intereclesial como para os estudos filosófico-teolóxicos, así como para a celebracións litúrxicas. Por iso os subliñados de esta acción de gracias van en latín, xa que son reflexo de unha historia e de unha vida, e quen máis e quen menos dos aquí presentes comprenden perfectamente o que estamos a dicir, pois a Liturxia das Horas e maila Misa celebrámolas tódolos días. Confiteor Dei omnipotenti … Pedimos perdón polos pecados de omisión. Por desgraza son pecados moi comúns na vida cristiá e tamén na vida sacerdotal, pero non por iso son escusables. Polos malos exemplos (a nosa vida non sempre foi un fiel reflexo do Evanxeo e, as veces, faltounos algo de celo apostólico. Non sempre fomos cristiáns misioneiros). Pedimos perdón por ter usado o ministerio sacerdotal para apoiar á nosa personalidade, para xustificar a nosa maneira de vivir. O papa Francisco dinos que os sacerdotes temos que ser pastores e que non podemos deixarnos embargar pola acedia, enfermidade frecuente. Pedimos perdón polos pecados contra a caridade pastoral: crernos en posesión da verdade, sen contar en tantas ocasións coa verdade dos irmáns. Gloria in excelsis Deo … Como nos ferve o corazón de ledicia ao recitar este  himno: honor, loanza e gloria ao noso Deus. A Xesucristo, ao Kirios, ao Señor do tempo e da historia, que está sentado á dereita do Pai e intercede por todos nós, na unidade do  Espírito Santo para gloria de Deus Pai. O canto dos anxos de Belén resoa en cada unha das nosas festas dende o máis profundo do noso ser. Verbum Domini… Deo Gratias… Xesucristo é a Verdade eterna que se manifestou na plenitude dos tempos. Urxe o anuncio da Palabra de Deus ás nosas xentes (nenos, mozos e persoas maiores), urxe o anuncio da Palabra de Deus aos emigrantes, urxe o anuncio da Palabra de Deus a quen sofre, urxe o anuncio da Palabra Deus aos pobres. A Palabra de Deus crea e salvagarda a enteira creación. E temos por certo que “quen descoñece as Escrituras, descoñece ao noso Señor Xesucristo”.  A Palabra de Deus é a que salva, e non a nosa palabra. Credo in unum Deum… Cremos en Deus Pai todopoderoso e infinitamente misericordioso. A súa misericordia non ten fin. Cremos na Igrexa, fundada polo noso Señor; ela é santa e pecadora, porque os ministros e os fieis somos santos e pecadores. Cremos na vida eterna; pola entrañable comuñón dos santos algún día chegaremos ao ceo, lugar de felicidade, de descanso e de encontro co Señor resucitado. SanctusSanctusSanctus Dominus Deus Sábaoth… “Sede santos como santo é Deus voso Pai”. Evanxelizar é transmitir vida, santidade, animosidad espiritual. Os sacerdotes temos a obriga de entregar a nosa vida a Deus  pola salvación dos nosos irmáns. Non esquezamos as palabras do Señor: “Ninguén ten amor máis grande que o que da a vida polos amigos”. Ecce Agnus Dei qui tollis pecata mundi … Corpus Christi. Amén. O Corpo de Cristo. Amén. «A Eucaristía fai a Igrexa e a Igrexa fai a Eucaristía». A Eucaristía é fonte e cumio de toda a vida cristiá. “Tomade e comede … Tomade e bebede … Este é o meu corpo; este é o cáliz do meu sangue”. «O que come a miña carne e bebe o meu sangue vive en min e eu nel». ¡Cantas veces temos repetido, escoitado e consagrado o pan e mailo viño en  cada celebración da Eucaristía! Te Deum laudamus … Gracias, Señor: pola vida, polos nosos pais, polos nosos irmáns e demais familiares e amigos. Pola vida sobrenatural que nace en nós no bautismo, pola parroquia onde temos nacido e onde fomos bautizados, polos nosos Srs. Curas, que nos axudaron a crecer na fe e tamén no sacerdocio, polos feligreses e veciños todos. Gracias, Señor, polo precioso don do sacerdocio, polo Seminario e os nosos formadores e profesores, polos Srs. Bispos, que nos ordenaron e cos que nos tocou colaborar ao longo de tantos anos, por tódolos nosos condiscípulos, algúns xa falecidos (que en paz descansen), polos sacerdotes do presbiterio diocesano cos que camiñamos ano tras ano, pola fidelidade á nosa vocación ao longo de sesenta, cincuenta e vinte e cinco anos. Pero conscientes de que todo é obra do Señor e da súa gracia. Ego sum resurrectio et vita: qui credit in me, etiam si mortuus fuerit, vivet; et omnis qui vivit et credit in me, non morientur in aeternum. O camiño é longo. Moitos irmáns nosos caeron na larga camiñada: as nosas nais e os nosos pais, os nosos familiares, amigos e coñecidos , os condiscípulos, compañeiros sacerdotes. E tamén queremos acordarnos hoxe dos mortos na pandemia, que tanto nos está facendo sufrir. A todos: Chorus Angelorum te suscipiat, et cum Lazaro paupere aeternam habeas requiem. Regina Coeli laetare Alleluia … Permitídenos para ir finalizando mirar con tenrura a nosa Nai bendita do ceo, a Virxe María. Nosos pais, nosos irmáns e os nosos avós foron quen de ensinarnos a rezarlle. Ao longo da nosa vida sacerdotal, nas ledicias e nas tristuras, sempre acudimos a bendita Nai do ceo e facémolo dende as moitas advocacións diocesanas: a Clamadoira, a Aparecida, os Milagres, o Portal, a Saleta, o Viso, os Remedios, … Con confianza acudimos a Ela e gústanos agarimarnos no seu colo. Sempre fomos acollidos pola nosa Señora. Irmáns, que celebramos o aniversario da nosa ordenación sacerdotal, collidos da man de María, vaiamos ao encontro de Deus, noso Pai. Ite, missa est:… “Homes de Galilea, que facedes aquí mirando ao ceo?” A Sementeira está a ser longa, a seitura promete, pois xa corre o gran nas espigas. ¿60, 50, 25 anos? ¿Que fixemos?  Pouca cousa e todo ca axuda do Señor. “Non fostes vós que me elixistes; son eu quen vos elixín e envieivos para dar froito”. Irmáns todos, sabendo o que sabemos, volveriamos a escoitar a chamada do Señor para mellor servir a nosa Igrexa diocesana e universal polo camiño da sinodalidade. A todos, de corazón, moitas gracias.    ]]>

Image-2

Obispo Electo, D. Francisco José Prieto

Misa en acción de gracias en la S. I. Catedral de san Martín

por el Obispo Electo D. Francisco José Prieto Fernández,

Obispo Auxiliar de Santiago de Compostela.

Día 7 – IV – 2021

«…llamó a los que Él quiso» (Mc 3, 13)

Exhortación apostólica postsinodal Pastores Gregis del santo padre Juan Pablo II (n. 10)

“La muchedumbre seguía a Jesús cuando Él decidió subir al monte y llamar hacia sí a los Apóstoles. Los discípulos eran muchos, pero Él eligió solamente a Doce para el cometido específico de Apóstoles (cf. Mc 3, 13-19). En el Aula Sinodal se escuchó frecuentemente el dicho de san Agustín: «Soy Obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros». Como don que el Espíritu da a la Iglesia, el Obispo es ante todo, como cualquier otro cristiano, hijo y miembro de la Iglesia. De esta Santa Madre ha recibido el don de la vida divina en el sacramento del Bautismo y la primera enseñanza de la fe. Comparte con todos los demás fieles la insuperable dignidad de hijo de Dios, que ha de vivir en comunión y espíritu de gozosa hermandad. Por otro lado, por la plenitud del sacramento del Orden, el Obispo es también quien, ante los fieles, es maestro, santificador y pastor, encargado de actuar en nombre y en la persona de Cristo. Evidentemente, no se trata de dos relaciones simplemente superpuestas entre sí, sino en recíproca e íntima conexión, al estar ordenadas una a otra, dado que ambas se alimentan de Cristo, único y sumo sacerdote. No obstante, el Obispo se convierte en «padre» precisamente porque es plenamente «hijo» de la Iglesia. Se plantea así la relación entre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial: dos modos de participación en el único sacerdocio de Cristo, en el que hay dos dimensiones que se unen en el acto supremo del sacrificio de la cruz. Esto se refleja en la relación que, en la Iglesia, hay entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial. El hecho de que, aunque difieran esencialmente entre sí, estén ordenados uno al otro, crea una reciprocidad que estructura armónicamente la vida de la Iglesia como lugar de actualización histórica de la salvación realizada por Cristo. Dicha reciprocidad se da precisamente en la persona misma del Obispo, que es y sigue siendo un bautizado, pero constituido en la plenitud del sacerdocio. Esta realidad profunda del Obispo es el fundamento de su «ser entre» los otros fieles y de su «ser ante» ellos. Lo recuerda el Concilio Vaticano II en un texto muy bello: «Aunque en la Iglesia no todos vayan por el mismo camino, sin embargo todos están llamados a la santidad y les ha tocado en suerte la misma fe por la justicia de Dios (cf. 2 P 1, 1). Aunque algunos por voluntad de Cristo sean maestros, administradores de los misterios y pastores de los demás, sin embargo existe entre todos una verdadera igualdad en cuanto a la dignidad y la actividad común para todos los fieles en la construcción del Cuerpo de Cristo. En efecto, la diferencia que estableció el Señor entre los ministros sagrados y el resto del Pueblo de Dios lleva consigo la unión, pues los Pastores y demás fieles están unidos entre sí porque se necesitan mutuamente. Los Pastores de la Iglesia, a ejemplo de su Señor, deben estar al servicio los unos de los otros y al servicio de los demás fieles. Éstos, por su parte, han de colaborar con entusiasmo con los maestros y los pastores»”. El ministerio pastoral recibido en la consagración, que pone al Obispo «ante» los demás fieles, se expresa en un «ser para» los otros fieles, lo cual no lo separa de «ser con» ellos. Eso vale tanto para su santificación personal, que ha de buscar en el ejercicio de su ministerio, como para el estilo con que lleva a cabo el ministerio mismo en todas sus funciones”.

Galería de fotos:

]]>