El campanario de la Catedral se abrirá a las visitas turísticas También se podrán recorrer, a largo plazo, las cubiertas exteriores del templo
Visita guiada a la catedral de Ourense y a la torre del campanario
La más antigua de las ocho campanas que tiene esta catedral data del año 1700, aproximadamente, y todas son de bronce. Cada una de ellas tiene un nombre y tocan para anunciar las horas, los cuartos, las medias y los tres cuartos; tocan a coro para los Srs. Canónigos; tocan anunciando el inicio del coro; tocan al rezo del Ángelus a las 9.10, a las 12.10 y a las 19,10. para anunciar Repican en las celebraciones solemnes; repican de manera distinta en las procesiones. Tocan a difunto en la defunción de los canónigos o Srs. Obispos y tocan para dar tierra a los difuntos. Hace bastantes años ya que no se repican a mano, ahora se utiliza un sistema digitalizado para todo el funcionamiento de las campanas, que se ha inaugurado hace ahora un año.
La de ayer fue una jornada especial por inusual. Más de un centenar de ourensanos pudieron subir, por primera vez, hasta lo alto de la torre divididos en cuatro turnos diferentes que se programaron entre el Obispado y el Gobierno municipal. Estuvieron en todo momento acompañados de la historiadora y de uno de los técnicos de turismo del Concello para explicarles la importancia de lo que iban a descubrir.
No solo de instrumentos de metal se compone esta estructura. Antes de llegar a la cumbre -desde la que las vistas de la ciudad en 360 grados son inigualables- los visitantes, en su gran mayoría nacidos en la capital, descubrieron espacios del templo hasta ahora ocultos a los ojos de todos.
Aprendieron que la torre es medieval en su estructura, que está embutida en un cuerpo exterior renacentista y que esconde numerosas marcas de canteros. «La catedral tiene todavía un amplio contenido arqueológico sin estudiar. Fueron muchísimas las personas que trabajaron aquí por el período de tiempo tan amplio que requirió su construcción», explicó mientras señalaba círculos, cuadrados y letras que los que trasladaron y colocaron las piedras dejaron impresas en ellas para poder cobrar por su labor.
Antes de llegar a lo alto del campanario, los afortunados que consiguieron hueco en alguna de las visitas pudieron observar gran parte del templo desde la zona alta en la que se ubica el órgano, comprobando el juego de luces y sombras que se producen por la construcción inferior -románica- en la que apenas entra el sol y la superior -gótica- en la que las cristaleras y la luminosidad cobran protagonismo.
También pasaron por la zona en la que residía el campanero -una estancia pequeña a media altura de la torre- en la que se guarda un tenebrario del siglo XV. Se trata de un candelabro de forma triangular con quince velas, dispuestas escalonadamente, que se iban apagando progresivamente durante el oficio de tinieblas en Semana Santa.
«Del Pórtico del Paraíso hay que resaltar tres cosas muy importantes. La primera es que es una copia del Pórtico de la Gloria porque por aquella época todas las ciudades de Galicia querían imitar al templo santiagués. La segunda es que no es del Maestro Mateo, al contrario de lo que se piensa, porque se hizo cincuenta años después que el de la capital gallega, así que seguramente sería obra de algún discípulo suyo. Y la tercera es que este sí conserva su policromía original, mientras que la del Pórtico de la Gloria tuvo que hacerse nuevamente casi por completo», instruyó a los presentes el técnico de turismo, José Ramón Gómez.
Sobre el Santo Cristo y el Altar Mayor también se llevaron información los curiosos. «Empezaron a llegar tantos devotos marineros haciendo ofrendas que decidieron hacerle una capilla a él solo en el siglo XVI que se amplió en el siglo XVII que, como curiosidad, les diré que se construyó torcida porque si no se invadía la casa de los marqueses de Bóveda de Limia. De hecho tuvieron que indemnizarlos», apuntó tras hablar de la decoración realizada por los artistas barrocos Domingo de Andrade y Castro Canseco.
«Lo mejor es la panorámica de todo el templo visto desde donde está el órgano»
En cada turno de las visitas programadas la media de inscritos fue de 15 personas. Isabel Gil, ourensana, fue una de ellas. Nunca había tenido la oportunidad de subir al campanario del templo. «En cuanto me enteré me apunté para la primera hora de las visitas que había a las once de la mañana, por si acaso», contaba emocionada después del susto que dio el repique de las 11.30 horas en lo alto de la torre. «Llevo setenta años aquí y nunca la había visto por dentro. Y lo que más me gustó es la panorámica de la catedral desde donde está el órgano. Se lo recomendaría a todo el mundo», añadió.
![Catedral-Orense[1]](https://catedralourense.com/wp-content/uploads/2019/03/Catedral-Orense1-1300x731.jpg)
«La visita es extraordinaria. Es una pena que no se promocionase antes, sobre todo por los que somos de aquí y no pudimos conocerlo hasta ahora», se lamentaba Antonio Cuña, otro de los curiosos que no dudó en apuntarse al recorrido con un grupo de familiares y amigos. «Impresiona pensar que lo que se vería desde aquí cuando se construyó la Catedral era todo campo y casitas bajas de una planta. Esperemos que se repita con más asiduidad para los que se hayan quedado sin poder venir», imaginaba bajo las ocho campanas con los ojos puestos más allá de las rejas de seguridad instaladas. 
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Me da la impresión que acostumbramos a ser muy teóricos o teológicos en estos temas del ecumenismo. Y la cosa es más sencilla: empezando por los de abajo, tenemos que querernos y amarnos los cristianos, sea cual sea el apellido que llevemos y sean quienes sean nuestros pastores o responsables de las comunidades cristianas.
El respeto a las personas, a sus derechos, a sus cualidades y a sus virtudes, a su dignidad, es el primer paso para sentirnos unos en la diversidad. O si quieren podemos decirlo al estilo de los Obispos: «La unidad de los cristianos no puede construirse al margen de la justicia».
El mundo en que vivimos es plural en lo relativo a la creencia y a la religión. El concilio Vaticano II defendió la libertad religiosa para todos. Así, aunque no seamos del mismo credo, todos tenemos la obligación de actuar en justicia de acuerdo con las leyes establecidas por la comunidad humana. Y añadimos: para que sean verdaderamente justas las leyes positivas no han de ser contrarias a la ley de Dios, que en Cristo se nos ha revelado plena y definitivamente.
Y, por último, la búsqueda de la unidad no puede soslayar nunca que la justicia es inseparable de la verdad». Los cristianos no podemos vivir como si no hubiéramos conocido la revelación de Jesucristo y el misterio del amor misericordioso de Dios que anuncia el mensaje de la Iglesia».
Tenemos que dar pasos y avanzar en el cumplimiento de la oración que Jesús hace al Padre: “que todos sean uno como yo y tú, Padre, somos uno”; “para que el mundo crea”. En otras diócesis se reúnen las comunidades cristianas a lo largo del año con un tema común: la unidad y los problemas que hay que ir superando para tal unidad. ¡Ojalá empecemos a hacerlo en Ourense! Ya está bien de tirarnos los trastos a la cabeza los unos a los otros, recordando un pasado de infeliz memoria. Mirar al futuro con esperanza y sin miedo. ¡La verdad os hará libres”.
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La liturgia de Año Nuevo respira un sano optimismo repleto de confianza y esperanza. Y ello es así porque Dios nos bendice, nos ofrece su favor y nos concede la paz. La bendición de Dios no es apenas para algunos, sino para la tierra entera, con todos los pueblos y naciones que la habitamos.
El tiempo de Navidad nos garantiza que la bendición divina no queda en una buena intención, como cuando nos deseamos mutuamente feliz año nuevo. La bendición de Dios es Jesús, el Hijo que nos enseña a vivir como hijas e hijos os del mismo Padre. Jesús, nacido de la mujer llamada María, es el gran regalo del Padre a la humanidad, de la que se hace hermano, aliado y salvador.
María, con su actitud de meditar y conservar estas cosas en su corazón, nos sugiere el mejor modo de recibir el don de Dios: acogerlo con corazón abierto para que pueda tener en nosotros su morada, aprender cada día a tener sus mismos sentimientos y actitudes. Y hacer posible que cuantos buscan -como acontecía con los pastores- puedan encontrar a Jesús, fuente de sentido y de alegría (La misa de cada día. Claret).
ORACIÓN A LA MADRE DE DIOS A Ti, Virgen Santa, Madre y Virgen, consagramos este año 2019 qu
e comienza. A Ti, Santa María, Madre de Dios, elevamos nuestra oración sincera y nuestra plegaria confiada para que, Tú, como Madre que nos conoces y quieres, nos cuides y ruegues por nosotros ante Dios a quien esperamos y deseamos abrazar en el cielo (Alborada no día do Señor. P. Fátima).
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Bendice a nuestra familia, Dios Padre nuestro, bendice a nuestra familia con el don de la fe, del amor y de la alegría. Haz de nuestra casa un hogar cálido y acogedor. Danos luz para iluminar nuestros problemas. Danos un corazón fuerte para afrontar las angustias y las penas. Danos una sonrisa grande para vivir con alegría. Danos unas manos generosas para colaborar con los demás. Padre bueno, bendice a todas las familias del mundo para que imitando a Jesús, María y José, la familia de Nazaret, colaboremos en la construcción de un mundo más justo, humano y fraterno. Amén (Alborada no día do Señor, P. Fátima).
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