El Excmo. Cabildo de la S. I. Catedral felicita al
Sr. Obispo ante la próxima Navidad
20 – XII – 2018
Sana costumbre de los miembros del Cabildo Catedralicio: felicitar la Navidad al Sr. Obispo. Para ello nos hacemos presentes en el Obispado, saludamos a nuestro pastor, y a sus familiares, nos preocupamos por los problemas pastorales de la diócesis, le expresamos nuestro apoyo sincero en todo lo que pueda depender del Cabildo, y nos ponemos a su disposición para que las celebraciones de las próximas fiestas navideñas nos sirvan a todos para recibir al Niño Dios en nuestras vidas y ser fáciles transmisores de su presencia en la tierra a todos los demás. ¡Queremos ser Iglesia en camino al Portal de Belén y cálida invitación a correr al encuentro del Hijo de Dios, nacido en nuestra tierra!
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Lucas, 24, 29 – 31:
“Quédate con nosotros porque atardece y el día va de caída. Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron”.
Interiorizamos la Palabra:
¿Cómo encontrarnos con el Resucitado? San Lucas nos responde: está a nuestro lado. Acompaña nuestro diario caminar. Hace falta tener ojos limpios, claros, llenos de fe para reconocerle. Leer la Escritura y participar en la Eucaristía nos abrirá los ojos para comprender que el Señor vive y camina a nuestro lado.
Contemplamos:
Ourense, Compostela y Mondoñedo celebran a San Martín de Tours. Muchas parroquias de Galicia y de Ourense festejan a su santo patrono. En Ourense el magosto y las hogueras de los montes que rodean la ciudad se convierten en motivo etnológico y gastronómico de la fiesta. A la fiesta de San Martín se le ha unido también ahora la fiesta de la Galeguidade. Pero, claro, mucho hacia afuera y poco hacia adentro: la devoción a San Martín es más bien poca. ¡Esperemos que vaya en aumento. Haremos lo posible!
Oramos:
“Santo eres en verdad y digno de ser glorificado, Dios que amas a los hombres y les acompañas siempre en el camino de la vida. Bendito, en verdad, tu Hijo, que está presente en medio de nosotros cuando su amor nos congrega y, como en otro tiempo a los discípulos, nos explica las Escrituras y parte el pan”. Por intercesión de San Martín de Tours concédenos vivir la alegría del Evangelio, que él nos ha predicado. Por Cristo nuestro Señor. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria Eucarística por diversas necesidades II. Dios guía a su Iglesia por el camino de la salvación).]]>




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Juan 10, 11- 14:
“Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersas; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen”.
Interiorizamos la Palabra:
Jesús explica la relación que tiene con sus ovejas: las llama por su nombre, las conoce una a una y ellas le conocen. Las saca a los mejores pastos. Todo ello indica una gran intimidad, una participación de vida, una pertenencia mutua. Jesús aprovecha el momento para anunciar que muere libremente por las ovejas para que tengan vida.
Contemplamos:
El papa Francisco señala un nuevo estilo episcopal para una Iglesia en salida a las periferias de la existencia humana: de servicio al pueblo de Dios, de vida entregada a los fieles, del pastor que anima e ilusiona a los suyos, del padre lleno de misericordia, que disculpa y perdona. Pero no de palabra, sino de obra. San Agustín define el ministerio episcopal como amoris officium: “El Obispo, cuando enseña, al mismo tiempo santifica y gobierna el Pueblo de Dios; mientras santifica, también enseña y gobierna; cuando gobierna, enseña y santifica” (Juan Pablo II, Pastoris Gregis.9)
Oramos:
“Señor Dios nuestro, que infundiste en San Martín de Tours espíritu de verdad y amor para apacentar a tu pueblo, concede a cuantos celebramos su memoria crecer en santidad, imitando su ejemplo”. Por Cristo nuestro Señor. (Cfr. Misal Romano, Común de Pastores).]]>

Lucas 18, 22.
“Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme”.
Interiorizamos la Palabra:
El joven rico cumple todos los mandamientos. Es un joven inquieto, insatisfecho, que busca y que tiene buenas intenciones. Jesús le invita a seguirle más de cerca, entrando a formar parte del grupo de sus íntimos. Pero algo le falta: debe desprenderse de todo cuanto tiene y darlo a los pobres. Dejarlo todo. El joven rico no es valiente, porque se fija más en lo que va a perder que en lo que puede ganar.
Contemplamos:
En nuestros días no funciona la cultura vocacional entre los más jóvenes. Las personas consagradas, los sacerdotes, las familias han perdido fuelle; no se atreven a hacer planteamientos vocacionales serios y menos a proponérselos a las nuevas generaciones. Seguir al Señor por el camino de la pobreza, castidad y obediencia no es camino fácil. Con todo, si alguien siente la llamada, busque aproximarse a la hospedería de algún monasterio para pasar unos días llenos de paz y vida espiritual.
Oramos:
“Señor, que nos diste a tu Hijo, hecho carne, que nos comunicó tus palabras y nos llamó para que te siguiéramos; Él que es el camino que nos conduce a ti, la verdad que nos hace libres, la vida que nos colma de alegría”. Te pedimos por intercesión de San Martín de Tours que nunca falten en tu Iglesia las vocaciones de especial consagración. Por Cristo nuestro Señor. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria Eucarística III. Jesús, camino hacia el Padre).
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