Día 4 de noviembre
Día 2º.- Martín, soldado del Imperio Romano.
Tema: Martín soldado del Imperio romano.
El padre de Martín era militar. El mismo Martín se encamina por esta profesión animado y estimulado por sus progenitores. Estamos en el s. IV y la vida militar de un imperio ya bien establecido tiene gran prestigio y facilita una vida acomodada para cualquier familia. Aunque, en el pensamiento cristiano, el oficio militar, visto como preparación para la guerra, no podía aceptarse. Recordemos al respecto los tres noes del cristianismo al imperio romano: No a la esclavitud, pues todos somos iguales en dignidad como hijos de Dios; no a la idolatrías, pues único es el Dios revelado por nuestro Señor Jesucristo; no a la guerra, no al “si vis pacem, para bellum”, pues el amor es el distintivo de los creyentes en Cristo. Nosotros no queremos vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial. Como los primeros cristianos queremos apostar por una Iglesia con futuro, con una cultura vocacional de decisión y compromiso, “mirad como se aman”
Juan. 13, 34:
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros igual que yo os he amado, amaos también entre vosotros”.
Interiorizamos la Palabra:
La fuerza de las palabras de san Juan es enorme: “como el Padre me ha amado, así os he amado yo: permaneced en mi amor”. Es decir, en el amor que os tengo. Se trata de recibir el amor del Padre, de consentir en el amor de Jesús, que es “comunión” con Dios y permanecer siempre en esta adhesión a Cristo. Quien vive en Cristo, no podrá hacer otra cosa más que actuar como Él.
Contemplamos:
Se nos han roto los sostenes clásicos del amor en la sociedad actual: el matrimonio, la familia, el hogar, la buena vecindad, la amistad verdadera. Desconfiamos los unos de los otros. Yo y mis gustos se constituyen en norma de comportamiento. El amor auténtico de entrega y generosidad por la persona amada no se valora. Manda la ley del aprovechamiento. Nos falta la unión con Dios en Cristo Jesús por el Espíritu: “permaneced en mí amor”.
Oramos:
“Señor, abre nuestros ojos para que conozcamos las necesidades de nuestros hermanos, inspíranos las palabras y las obras para confortar a los que están cansados y agobiados, siguiendo el ejemplo y mandato de Cristo”. Te lo pedimos por intercesión de San Martín, que renunció a las amas por amor, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria eucarística por diversas necesidades. IV. Jesús Pasó haciendo el bien).



]]>

]]>

GALERÍA DE FOTOS:
]]>

]]>

]]>

Cada 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, la Guardia Civil celebra su día grande pues desde 1913 es su patrona. La devoción a la Virgen del Pilar comenzó con la creación en 1856 de la Compañía de Guardias Jóvenes que dio pie al Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro. Y fue en 1864 llegó al Colegio el capellán castrense, Don Miguel Moreno y Moreno, que instaló una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora del Pilar.
La Virgen, ejemplo para los guardias jóvenes: el día 24 de aquel mismo mes el Boletín oficial del Cuerpo proclamaba el patronazgo de la Virgen del Pilar de la Compañía de Guardias Jóvenes. Se fundamentó en que los guardias jóvenes con el tiempo debían ser columna firme de la Patria, pilar básico del orden y fieles guardas de las personas. Por ello no había nada mejor que inspirar la devoción a la Virgen del Pilar, columna de la fe, pilar de la tradición hispana y fiel guardiana de todos los cristianos.
Los guardias jóvenes, una vez ya como guardias civiles, empezaron a extender la devoción por toda la Benemérita con la misma intensidad con la que la recibieron en el Colegio. El amor a la Virgen del Pilar llegó a ser tan generalizada que el director general se vio obligado a pedir al Gobierno que la nombrara patrona de toda la Guardia Civil.
Era 1913 se convertía oficialmente en la madre y compañera de los guardias civiles tras ser firmada la orden por el rey Alfonso XIII.
]]>

En la Biblia la palabra Ángel significa «Mensajero», un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.
En el siglo II el gran sabio Orígenes señalaba que «los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja».
En el Nuevo Testamento es tan viva la creencia de que cada uno tiene un ángel custodio, que cuando San Pedro al ser sacado de la cárcel llega a llamar a la puerta de la casa donde están reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen al principio, que no es Pedro en persona y exclaman: «Será su ángel» (Hechos 12, 15).
En el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda y desde el año 1111 existe una oración muy famosa al Ángel de la Guarda. Dice así: «Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custódiame en este día (o en esta noche) ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen.
Y en el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia universal la fiesta de los Ángeles Custodios y la colocó el día 2 de octubre.
La policía Nacional busca la protección de los Santos Ángeles Custodios y quiere tenerlos como modelo a la hora de proteger y guardar a todos los ciudadanos.
Galería de fotos:
]]>

Invitación del Sr. Obispo, D. Leonardo Lemos Montanet: “Os ruego que motivéis a nuestro pueblo para que podamos vivir juntos, en torno al Obispo y en la catedral de San Martín, la celebración del inicio del segundo curso de los trabajos de los grupos sinodales. Necesitamos estas experiencias celebrativas de toda la comunidad diocesana – aunque soy consciente de que algunos no son partidarias de ellas – pero gracias a esos eventos se lleva a cabo ese “principio educativo” que es tan importante para la vida de nuestra Iglesia. Una comunión que se visibiliza a través de gestos como nos lo recuerda el papa Francisco. ¡No os olvidéis! Una Iglesia en la que no se viva y ejercite la comunión es una simple ONG o una empresa religiosa experta en cuestiones sacras. Sabemos que la Iglesia Católica no es eso, sino que es una gran familia compuesta por aquellos que creen en Jesucristo, que siente al “otro” como hermano y esperan unos cielos nuevos y una tierra nueva. Y para lograr este gran objetivo que supera nuestras fuerzas es necesario que todos nos abramos a lo que el Señor nos pida”.

Animó la celebración el grupo musical de las parroquias de San Pío X y San Cibrao das Viñas. La Catedral obsequia a los sacerdotes y seminaristas presentes con el libro Advocaciones Marianas de la S. I. Catedral de Ourense.
]]>