Misa Crismal
Feito histórico na Igrexa de Ourense: a bendición dos Santos Óleos e a consagración do Santo Crisma terán lugar na igrexa parroquial de Santa Eufemia do Centro nunha solemne celebración eucarística presidida polo Bispo.
A misa crismal, que o bispo concelebra co seu presbiterio, é coma unha manifestación de comuñón dos sacerdotes co propio bispo e con todo o pobo de Deus. Co santo crisma consagrado polo bispo, únxense os bautizados, sélanse os confirmados e únxense as mans dos presbíteros, as cabezas dos bispos e as paredes e altar das igrexas no caso da súa dedicación. Co aceite dos catecúmenos, prepáranse e disponse aos catecúmenos para o Bautismo. Co óleo dos enfermos, estes reciben alivio e ánimo na súa debilidade física e espiritual.
Neste día, ademais do matiz do sacerdocio ministerial, todo o pobo de Deus conmemora e celebra a súa realeza, a súa santidade e o seu sacerdocio, a súa pertenza ao Pobo de Deus grazas aos sacramentos da iniciación cristiá e, deste xeito, coa capacidade de bendicir ao Señor.
Ás cinco da tarde, na igrexa de santa Eufemia, terá lugar un retiro espiritual para os sacerdotes e ás sete da tarde, no mesmo templo parroquial, iniciarase a solemne concelebración da Misa Crismal. ºAcabada a celebración, os Señores Arciprestes levaran os santos óleos ás súas respectivas parroquias para utilizalos durante todo o ano ata a a próxima semana santa. Alí, reservados nun lugar digno, serán venerados polos feligreses.
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El testimonio del Bautista sobre Jesús es muy valioso e importante. El evangelista, que fue su discípulo, lo recoge, lo medita y lo resume en una frase: «Ese es el Cordero de Dios»
Jesús es el Cordero de Dios. Y lo es de dos maneras, ya que, en lengua aramea, la misma palabra podía significar siervo y cordero. El Siervo del Señor, anunciado por el profeta Isaías, es anuncio de Jesús. Jesús es quien carga con los pecados de sus hermanos, los hombres, y se ofrece, inocente, para expiar por ellos. Él es «el que quita el pecado del mundo»~ es decir, el que restablece las relaciones de paz entre Dios y los hombres haciendo que éstos sean de nuevo hijos suyos. Todo esto lo recuerda la liturgia del Viernes Santo.
Mt. 16, 13-19
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».
Te daré las llaves del Reino. El llamado «poder de las llaves» es el mismo que Jesús tiene. Es el poder de «atar y desatar».
La expresión significaba, entre los judíos, prohibir o permitir; condenar o perdonar. Es decir, poder dar normas a la comunidad y poder admitir o separar de ella. En la Iglesia es un poder espiritual y se manifiesta, sobre todo, en el poder de perdonar los pecados. Jesús da esta autoridad a Pedro, pero también a los Apóstoles
La Iglesia católica afirma que los poderes de Pedro pasan a sus sucesores, los Papas. La Iglesia ortodoxa considera, más bien, que todos los obispos que confiesan la fe verdadera suceden a Pedro y a los Apóstoles. Las Comunidades eclesiales surgidas de la Reforma protestante piensan que Jesús dio estos poderes sólo a Pedro. Pero se debe reconocer que la fe católica al explicar este texto se apoya sobre la tradición, y que la interpretación que da, al interior de su fe, corresponde al pensamiento de Jesús.
Jn.20, 22-23.: Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».



