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Os bombeiros de Ourense na Catedral Basílica


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Novena de la Medalla Milagrosa

Virgen y Madre Inmaculada, míranos con ojos misericordiosos, somos tus hijos que vienen a ti, llenos de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa. Creemos y esperamos en tu Medalla, Madre nuestra del cielo, y la amamos con todo nuestro corazón, y tenemos la plena seguridad de que seremos atendidos en todas nuestras plegarias. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

AMBIENTACIÓN DE ESTE DÍA:

En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena —la del 18 de julio de 1830— se apareció por primera vez la Virgen Santísima a santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de san Vicente de Paúl. Y le habló a la santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos. ¡Cómo nos ama nuestra Madre del cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tu recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo.

«El nacimiento de Jesucristo sucedió así: su madre, María, estaba prometida a José, y antes del matrimonio resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, decidió repudiarla en secreto» [Mt 1, 18-19].

María, como las muchachas de Israel, sabía y así se lo habían contado la noche de pascua, que el Dios de Israel, su pueblo, era un Dios enamorado. El Dios en quien ella creía y a quien ella amaba, se había enamorado y había elegido al pueblo de Israel y lo había ido mimando durante los siglos. Israel era un pueblo cabezota e infiel, pero Dios seguía amándolo cada vez más. Su amor es tan grande, que Dios se presenta como el esposo de Israel. «El Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa la encontrará tu Dios contigo» [cf. Is 62, 1. 4-5].

En la época de José y María, los jóvenes no se desposaban ellos mismos, sino que eran desposados por sus padres. Si estos no lo consentían, nada había que hacer. Pero imaginamos que los dos se fueron ganando a sus respectivos padres al descubrirles la joya que era su amada María y el buen partido que era su amado, José el artesano. Al final, hubo fiesta de desposorios.

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro socorro, haya sido desamparado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

2025-04-23 14.04.29

Novena a san Martín de Tours

El padre de Martín era militar. El mismo Martín se encamina por esta profesión animado y estimulado por sus progenitores. Estamos en el s. IV y la vida militar de un imperio ya bien establecido tiene gran prestigio y facilita una vida acomodada para cualquier familia. Aunque, en el pensamiento cristiano, el oficio militar, visto como preparación para la guerra, no podía aceptarse. Recordemos al respecto los tres noes del cristianismo al imperio romano: No a la esclavitud, pues todos somos iguales en dignidad como hijos de Dios; no a la idolatrías, pues único es el Dios revelado por nuestro Señor Jesucristo; no a la guerra, no al “si vis pacem, para bellum”, pues el amor es el distintivo de los creyentes en Cristo.  Nosotros no queremos vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial. Como los primeros cristianos queremos apostar por una Iglesia con futuro, con una cultura vocacional de decisión y compromiso, “mirad como se aman”

“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros igual que yo os he amado, amaos también entre vosotros”.

Se nos han roto los sostenes clásicos del amor en la sociedad actual: el matrimonio, la familia, el hogar, la buena vecindad, la amistad verdadera. Desconfiamos los unos de los otros. Yo y mis gustos se constituyen en norma de comportamiento. El amor auténtico de entrega y generosidad por la persona amada no se valora. Manda la ley del aprovechamiento.  Nos falta la unión con Dios en Cristo Jesús por el Espíritu: “permaneced en mí amor”.

“Señor, abre nuestros ojos para que conozcamos las necesidades de nuestros hermanos, inspíranos las palabras y las obras para confortar a los que están cansados y agobiados, siguiendo el ejemplo y mandato de Cristo”. Te lo pedimos por intercesión de San Martín, que renunció a las armas por amor, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. (Cfr. Misal Romano, Plegaria eucarística por diversas necesidades. IV. Jesús Pasó haciendo el bien).

Bendigamos al Señor. Demos gracias a Dios.

Podéis ir en paz.

Domund-2025

Domun 2025

«Misioneros de esperanza entre los pueblos», lema de este año

España: segundo país que más colabora con el Domund