Peregrinos camiño de Compostela
14 – II – 2023
O Pe. Joao Costa acompaña aos peregrinos das parroquias de Nogueira, Andreas e Vdo Nogueiras, da diocese de Vila Real (Portugal), a Santiago de Compostela.
O Pe. Joao Costa acompaña aos peregrinos das parroquias de Nogueira, Andreas e Vdo Nogueiras, da diocese de Vila Real (Portugal), a Santiago de Compostela.
Fiesta de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes
Los amigos de la diócesis de Ourense estuvieron allí en el año 2017
Día 12 de febrero
Desde Manos Unidas, queremos dar un giro a esta idea para desterrarla de nuestra mente y dejar la solución en manos de cada uno de nosotros. Porque cuando hablamos de ayudar todos usamos un elemento común, las manos, un elemento muy poderoso y con mucha fuerza, tanto física como metafóricamente, que es símbolo principal y esencia de nuestra organización.
Por eso, la imagen elegida para acompañarnos en 2023 muestra unas manos en blanco y negro: fuertes, que transmiten ternura y nos invitan, al mismo tiempo, a tender las nuestras a nuestros hermanos más vulnerables y descartados.
Queremos que la sociedad una sus manos a las nuestras para terminar con la desigualdad y el hambre
Y es que, para hacer frente a la desigualdad, todas las manos suman, todas cuentan y todas son necesarias y pueden ayudar a acabar con esta lacra.
Con el lema y la imagen de esta Campaña («Frenar la desigualdad está en tus manos»), queremos hacer un llamamiento a la sociedad para luchar por la dignidad y promover un mundo donde todos valgamos lo mismo y nadie se quede atrás.
Porque el combate contra la desigualdad solo es posible desde la convicción de que el futuro de las desigualdades no es cosa de otros, sino que depende de cada uno de nosotros, y está en nuestras manos.
¿QUÉ ES EL ECUMENISMO
Te invitamos a leer el texto Jn 17, 20-21.
Por eso se decidió fijar una fecha para unirnos todos los cristianos en oración
Los cristianos deseamos vivir unidos como una sola familia: la Iglesia de Cristo. Y no nos quedamos de brazos cruzados: rezamos por la unidad, organizamos encuentros para conocernos mejor, dialogamos y queremos ser testigos del Amor de Cristo poniéndonos al servicio de todo el mundo. A todo esto lo llamamos ecumenismo. Jesús fundó una sola Iglesia, pero a lo largo de la historia, por distintas circunstancias, hubo falta de entendimiento entre los cristianos y se produjeron separaciones y distanciamientos. ¡A veces en nuestras familias también ocurren estas cosas! Pero el deseo de Jesús es otro: «Padre, que todos sean uno» (Jn 17, 21). ¡Todos los cristianos estamos llamados a caminar, orar y trabajar juntos por la Reconciliación!
El 30 de septiembre de 2019, el papa Francisco estableció en la carta apostólica Aperuit illis «que el III domingo del tiempo ordinario se dedique
a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios» (n. 3). Un domingo en el que «de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor» (ibíd.).
Aperuit illis dedica una especial atención a la homilía: «La homilía […] posee “un carácter cuasi sacramental” (EG, n. 142). Ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, le permite al sacerdote mostrar también la “belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien” (EG, n. 142). Esta es una oportunidad pastoral que hay que aprovechar» (n. 5).
Y se añade: “De hecho, para muchos de nuestros fieles esta es la única oportunidad que tienen para captar la belleza de la Palabra de Dios y verla relacionada con su vida cotidiana. Por lo tanto, es necesario dedicar el tiempo apropiado para la preparación de la homilía […]. Cuando uno se detiene a meditar y rezar sobre el texto sagrado, entonces se puede hablar con el corazón para alcanzar los corazones de las personas que escuchan, expresando lo esencial con vistas a que se comprenda y dé fruto. Que nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura, para que sea acogida “no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios” (1 Tes 2, 13)» (n. 5).
Misa exequial por el papa Benedicto XVI
BEMEDICTO XVI
IN MEMORIAM
“Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones”
«¡Cuántas preguntas se nos imponen en este lugar! Siempre surge de nuevo la pregunta: ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal? No podemos escrutar el secreto de Dios. Solo vemos fragmentos y nos equivocamos si queremos hacernos jueces de Dios y de la historia. En ese caso, no defenderíamos al hombre, sino que contribuiríamos solo a su destrucción”
«Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su Nombre en toda la tierra”.
«Siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante».
«Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos».
ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
“Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años. Queremos decir juntos: “Padre, en tus manos encomendamos su espíritu”.
“Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz”.
Bautismo del Señor
(8 de enero de 2023)
Con la fiesta del Bautismo del Señor, que celebramos hoy, se concluye el tiempo litúrgico de Navidad. Al Niño, a quien los Magos de Oriente vinieron a adorar en Belén, ofreciéndole sus dones simbólicos, lo encontramos ahora adulto, en el momento en que se hace bautizar en el río Jordán por Juan. Los cuatro evangelistas coinciden en afirmar que el cielo se abrió y descendió el Espíritu en forma de paloma sobre Jesús. Y los tres sinópticos recogen las mismas palabras: “Este es mi Hijo, a quien yo amo, mi predilecto”.
Esa fue, pues, su primera manifestación pública, después de casi treinta años de vida oculta en Nazaret. Hoy Jesús se presenta ante su pueblo para realizar lo que escuchábamos en la segunda lectura: que con la fuerza del Espíritu Santo, “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”. Con esta fiesta se cierra el ciclo de las fiestas navideñas y se da comienzo al diálogo de Dios con Jesucristo y con nosotros (Homilía, osa)
Epifanía quiere decir manifestación de Jesús a todos los pueblos, representados hoy por los Magos, que llegaron a Belén desde Oriente para rendir homenaje al Rey de los judíos, cuyo nacimiento habían conocido por la aparición de una nueva estrella en el cielo.
Antes de la llegada de los Magos el conocimiento del nacimiento de Jesús apenas había superado el círculo familiar: además de María y José, y probablemente de otros parientes, sólo era conocido por los pastores de Belén, los cuales, al oír el gozoso anuncio, habían acudido a ver al Niño mientras aún se hallaba recostado en el pesebre. Así, la venida del Mesías, el esperado de las naciones, anunciado por los profetas, inicialmente permanecía oculto. Solo la llegada de los Magos a Jerusalén solicitando noticias acerca del “Rey de los judíos” le sacó del ocultamiento.
Los magos al buscar al rey de los judíos se dirigieron al palacio real, donde residía Herodes. Pero este no sabía nada de dicho nacimiento y, muy preocupado, convocó inmediatamente a los sacerdotes y los escribas, los cuales, basándose en la célebre profecía de Miqueas, afirmaron que el Mesías debía nacer en Belén. Y, de hecho, tras reanudar su camino en esa dirección, los Magos vieron de nuevo la estrella, que los guío hasta el lugar donde se encontraba Jesús. Al entrar, se postraron y lo adoraron, ofreciendo regalos simbólicos: oro, incienso y mirra. (cfr. monasteriodelescorial.com/homilia).