6º Día de la Novena al Santo Cristo de Ourense
Novena al Santo Cristo de Ourense
La Flagelación y Coronación de espinas. Mt. 27, 26 – 30.
“Les soltó a Barrabás y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran”. Señor, tus azotes me recuerdan la necesidad de hacer penitencia (oración, ayuno y limosna) para llegar contigo a la Pascua.
Pilato se lava las manos y entrega a Jesús a la pasión y a la muerte de cruz. Pilato es romano, no conoce a Jesús ni le interesa; sólo le preocupa que su hoja de servicios no se vea manchado por el evento del nazareno. Pero Jesús nos revela algo sustancial para todos: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre”. Jn. 6, 44 – 51.
Nuestra oración no es un acto meramente voluntario. Es la respuesta a Dios que nos llama. Se nos invita a dejar nuestra comodidad y abrirnos a un nuevo estilo de vida., que es una vida de donación y sacrificio en bien de los hermanos más necesitados. Cuando nos sentimos inspirados por algo bueno también es Dios quien nos da un tirón del corazón o nos inspira una buena acción. Así trabaja Dios en nuestro mundo. “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”.
Jesús hizo el signo y ahora les presenta la Verdad de lo que quería decirles: “Yo soy el pan de la vida”. No os detengáis en las cosas terrenas. “Creed en mí, eso os basta”.
La cosa es sencilla y a la vez complicada: solo se requiere creer en Jesús. Creer que Él es el pan de vida y comerlo. Basta la fe que obra por la caridad.
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oración en tiempos difíciles: Haz que en medio de las luchas y las pruebas de la vida nos sintamos partícipes de tu pasión, − para experimentar en nosotros la fuerza de tu redención. Apiádate de nosotros, Señor.
Oración: Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén
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“¿A quién queréis que os suelte a Barrabás o a Jesús, a quien llaman Mesías? Gritaron: a Barrabás”. Señor, ayúdame a vencer mi cobardía cuando me ridiculicen por seguirte y dame fuerzas para preferirte a ti antes que a mi egoísmo.
Son muchos los barrabases de la vida que preferimos al mismo Dios, hecho hombre. Dinero, placer, apariencia, comodidad, ser considerados… Pero la voluntad del Padre es que todos tengamos vida eterna por su Hijo. “Esta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna”. Jn.6, 35 – 40.
El Evangelio de hoy nos invita a descubrir nuestra capacidad de entrega a los demás, nuestra actitud de compartir con todos y la generosidad de darnos, sobre todo a los más pobres y necesitados. Se nos pide entregarnos a los demás descubriendo en cada encuentro la voluntad de Dios en el día a día. El seguimiento de Jesús nos pide ser flexibles y vivir la humildad suficiente para dejar de lado todo lo nuestro y abrirnos a las necesidades de los demás.
La Eucaristía es el sacramento del amor y la fuente de nuestro compromiso caritativo y social. Para ser fieles a lo que se nos pide necesitamos momentos de encuentro con el Señor en el silencio y la reflexión. “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”.
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oración en tiempos difíciles:
Enséñanos a llevar nuestra cruz unidos a tus sufrimientos, − para que se manifieste en nosotros la luz de tu gloria. Apiádate de nosotros, Señor.
Oración: Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén]]>





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