Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote
Fruto de las encíclicas «Ad catolice sacerdote» y «Mediator Dei», la celebración de Jesucristo, Gran Sacerdote se inició en Madrid y Salamanca. En 1973 fue introducida en la liturgia hispana. «Cristo realmente es sacerdote, porque ofrece al Padre las oraciones y los anhelos religiosos de toda la humanidad; es también víctima, porque se pone él mismo en lugar del hombre pecador» (Pío XII, Mediator Dei). Por Él ofrecían la vida los primeros mártires: solo Él, con su sacrificio amoroso, ha construido el puente («pontífice») que conduce la humanidad a Dios.
La última cena expresa bien lo esencial del sacerdocio de Cristo. Su gran «sacrificio» no tiene nada que ver con la ofrenda de animales, sino con la ofrenda de sí mismo que ha caracterizado toda su vida: en el pan y el vino ofrecidos y compartidos expresa su vida entregada por nosotros y por toda la humanidad. Cada Eucaristía nos permite recordar y actualizar esta entrega, y añadir la nuestra. Nosotros, constituidos sacerdotes con Cristo por el bautismo, estamos llamados a hacer de nuestra vida una entrega generosa. Gracias, Señor, por ser el gran sacerdote compasivo que conoce bien nuestras debilidades (Misa Claret).
Día sacerdotal
Los sacerdotes renuevan hoy las promesas sacerdotales ante su Obispo. Un día especial de oración por los sacerdotes. Por el aumento de vocaciones al sacerdocio. Por la permanencia de los sacerdotes en su entrega al servicio de la Iglesia. Por los sacerdotes para que se embarquen en la nueva evangelización a la que la Iglesia les invita. Recordando que un buen sacerdote hace una buena comunidad, y una buena comunidad hace un buen sacerdote.
Bendición y Consagración de los Santos Óleos.
Se hace en la Catedral, porque el Obispo es el supremo Pastor de la diócesis y la Catedral es su sede. Desde ella enseña, santifica y gobierna pastoralmente a toda la diócesis. Los santos óleos son la fuente de donde mana la vida de gracia sacramental para todos los cristianos. En esta fuente beberemos todos los diocesanos, pues los santos óleos serán llevados por los Srs. Arciprestes a todos y cada uno de los arciprestazgos, para que, desde allí, lleguen a todas las comunidades parroquiales. En cada comunidad parroquial han de ser Conservados en un lugar digno: un tabernáculo especial para los Santos Óleos.
FELICITACIONES A LOS SACERDOTES EN SU CUMPLE AÑOS SACERDOTAL
60 años de sacerdocio:
Adolfo Álvarez Cid
José Luis López Blanco
Camilo Parente Conde
Julián Polo Martos
José Benito Sieiro González
50 años de sacerdocio:
David Cid Pumar.
Rufino Estévez Pérez
José Fernández Bangueses
José Iglesias Iglesias
Manuel Mera Martínez
Manuel Pérez González
25 años de sacerdocio:
Francisco Manuel Martín López
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“¿A quién queréis que os suelte a Barrabás o a Jesús, a quien llaman Mesías? Gritaron: a Barrabás”. Señor, ayúdame a vencer mi cobardía cuando me ridiculicen por seguirte y dame fuerzas para preferirte a ti antes que a mi egoísmo.
Son muchos los barrabases de la vida que preferimos al mismo Dios, hecho hombre. Dinero, placer, apariencia, comodidad, ser considerados… Pero la voluntad del Padre es que todos tengamos vida eterna por su Hijo. “Esta es la voluntad del Padre: que todo el que ve al Hijo tenga vida eterna”. Jn.6, 35 – 40.
El Evangelio de hoy nos invita a descubrir nuestra capacidad de entrega a los demás, nuestra actitud de compartir con todos y la generosidad de darnos, sobre todo a los más pobres y necesitados. Se nos pide entregarnos a los demás descubriendo en cada encuentro la voluntad de Dios en el día a día. El seguimiento de Jesús nos pide ser flexibles y vivir la humildad suficiente para dejar de lado todo lo nuestro y abrirnos a las necesidades de los demás.
La Eucaristía es el sacramento del amor y la fuente de nuestro compromiso caritativo y social. Para ser fieles a lo que se nos pide necesitamos momentos de encuentro con el Señor en el silencio y la reflexión. “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”.
“Por tu pasión y muerte en cruz, bendito Cristo de Ourense, ampáranos en la vida y en la muerte”. Pidamos al Santo Cristo de Ourense por nuestras intenciones y por las intenciones de toda la Iglesia (breve silencio).
Oración en tiempos difíciles:
Enséñanos a llevar nuestra cruz unidos a tus sufrimientos, − para que se manifieste en nosotros la luz de tu gloria. Apiádate de nosotros, Señor.
Oración: Oh Dios, que quisiste que tu amantísimo Hijo sufriese por nosotros el suplicio de la Cruz para arrojar de nosotros la tiranía del enemigo, concédenos a tus siervos, conseguir la gracia de la Resurrección. Por Cristo Nuestro Señor. Amén]]>