22 de enero de 2023
El 30 de septiembre de 2019, el papa Francisco estableció en la carta apostólica Aperuit illis «que el III domingo del tiempo ordinario se dedique
a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios» (n. 3). Un domingo en el que «de manera especial, será útil destacar su proclamación y adaptar la homilía para poner de relieve el servicio que se hace a la Palabra del Señor» (ibíd.).
Aperuit illis dedica una especial atención a la homilía: «La homilía […] posee “un carácter cuasi sacramental” (EG, n. 142). Ayudar a profundizar en la Palabra de Dios, con un lenguaje sencillo y adecuado para el que escucha, le permite al sacerdote mostrar también la “belleza de las imágenes que el Señor utilizaba para estimular a la práctica del bien” (EG, n. 142). Esta es una oportunidad pastoral que hay que aprovechar» (n. 5).
Y se añade: “De hecho, para muchos de nuestros fieles esta es la única oportunidad que tienen para captar la belleza de la Palabra de Dios y verla relacionada con su vida cotidiana. Por lo tanto, es necesario dedicar el tiempo apropiado para la preparación de la homilía […]. Cuando uno se detiene a meditar y rezar sobre el texto sagrado, entonces se puede hablar con el corazón para alcanzar los corazones de las personas que escuchan, expresando lo esencial con vistas a que se comprenda y dé fruto. Que nunca nos cansemos de dedicar tiempo y oración a la Sagrada Escritura, para que sea acogida “no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios” (1 Tes 2, 13)» (n. 5).