SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
25 – XII – 22
La fiesta de Navidad, se empezó a celebrar como tal en el siglo IV, cuando tomó el lugar de la fiesta romana del “Sol invictus”, el sol invencible; así se puso de relieve que el nacimiento de Cristo es la victoria de la verdadera luz sobre las tinieblas del mal y del pecado. Pero el que le dio un intenso clima espiritual fue San Francisco y su pesebre viviente. Probablemente San Francisco se inspiró para celebrarlo en su peregrinación a Tierra Santa y en el pesebre de Santa María la Mayor en Roma.
«No tengáis miedo. Os traigo la Buena Noticia: la alegría grande para todo el pueblo». «Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor».
Hagamos nuestras las palabras y sentimientos de S. León Magno: Alegrémonos. No puede haber lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida… Alégrese el santo, puesto que se acerca la victoria; alégrese el pecador, puesto que se le invita al perdón.
Paradójicamente, Jesucristo vino a los suyos y no le recibieron. La Navidad conlleva este hecho paradójico. No encontró lugar en el mundo. También hoy puede ser rechazado o abandonado por el individualismo, el egoísmo, por el relativismo o por la ignorancia. ¿Qué quiere decir esto? Que también hoy podemos actuar de la misma manera, rechazando y no aceptando a Dios en nuestra vida



Galería de Fotos:






































Día 6º de la novena: Lectura bíblica del sexto día: Hechos de los Apóstoles 1, 12-14 2Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. 13Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban: Pedro y Juan y Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo y Simón el Zelotes y Judas el de Santiago. 14Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos. Meditación: Toda comunidad debe tener una cabeza y un corazón: la comunidad cristiana tiene a Jesucristo como cabeza y a María como corazón. Si quieres que tu apostolado sea fecundo y que el cansancio no te venza, ponte siempre bajo la protección de María. Profundización Como marco «¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!». Y enseguida oyó una voz que recomendaba llevar la medalla y repetir a menudo aquella oración-jaculatoria, y prometía gracias especiales a los que así lo hiciesen. ¿Dejaremos nosotros de hacerlo? Sería imperdonable dejar de utilizar un medio tan fácil de aseguramos en todo momento el favor de la Santísima Virgen.]]>