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Aniversario de la Dedicación de la S. I. Catedral

Aniversario de la Consagración

de la Catedral de Ourense:

El día del aniversario de la dedicación de la S. I. Catedral es el 23 de junio. Cuando se construye un templo, un edificio para congregar al pueblo de Dios y celebrar los sagrados misterios, debe dedicarse con una solemne celebración (1188: consagración del altar mayor). Puede dedicarse una iglesia en la que se celebran habitualmente los sagrados misterios si en éstas el altar no está aún dedicado o si se trata de un edificio que ha cambiado sustancialmente en su construcción material (por ejemplo, si la iglesia fue radicalmente restaurada), como sucedió en el año 1.498 en que se edificó el cimborrio de la Catedral; o como sucedió en el año 1.720 con la inclusión en el retablo mayor de los relicarios de san Facundo y san Primitivo, y de santa Eufemia y santa Marina; o como sucedió en el año 1966, con la remodelación del altar mayor, aplicando las reformas del Concilio Vaticano II. Cuando se dedica una iglesia, todo lo que se encuentra en ella (fuente bautismal, cruces, imágenes, campanas, estaciones del Vía Crucis, etc.) queda bendecido en la dedicación.

Oración de la dedicación de una iglesia

Oh Dios, santificador y guía de tu Iglesia, celebramos tu nombre con alabanzas jubilosas, porque en este día tu pueblo quiere dedicarte, para siempre, con rito solemne, esta casa de oración, en la cual te honra con amor, se instruye con tu palabra y se alimenta con tus sacramentos…. Te suplicamos, pues, Padre santo, que te dignes impregnar con santificación celestial esta iglesia y este altar, para que sean siempre lugar santo y una mesa siempre lista para el sacrificio de Cristo. Que en este lugar el torrente de tu gracia lave las manchas de los hombres, para que tus hijos, Padre, muertos al pecado, renazcan a la vida nueva. Que tus fieles, reunidos junto a este altar, celebren el memorial de la Pascua y se fortalezcan con la palabra y el cuerpo de Cristo. Que resuene aquí la alabanza jubilosa que armoniza las voces de los ángeles y de los hombres, y que suba hasta ti la plegaria por la salvación del mundo. Que los pobres encuentren aquí misericordia, los oprimidos alcancen la verdadera libertad, y todos los hombres sientan la dignidad de ser hijos tuyos, hasta que lleguen, gozosos, a la Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. ]]>

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Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

El jueves Santo celebramos la Santa Cena y el misterio de la Eucaristía, Jesús se entregaba a la cruz y se hacía presente de una manera nue­va a través de la resurrección. En su despedida quiso sellar esta Nueva Alianza con el sacra­mento de la Eucaristía. Con la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, la Iglesia nos invita a volver a reflexionar sobre este misterio y a fijarnos en la presencia de Jesús en el Pan y en el Vino. Los israelitas recibieron el maná del cielo para ser alimentados durante su travesía por el desierto. Nosotros hemos recibido la Eucaristía para alimentarnos mientras caminamos por la existencia. Aquel pan no duraba, y los que lo comían, un día u otro morían. Pero el Pan de la Eucaristía perdura a lo largo de los siglos y nos abre las puertas de la vida eterna. Recordemos este don cuando nos acerquemos al sagrario, el tabernáculo de la Nueva Alianza, o cuando lo contemplemos expuesto en la custodia. Es un momento de adoración, de asombro al acceder a un misterio que desborda nuestras categorías mentales (Misa Claret)

ADORO TE DEVOTE…

Te adoro con devoción, Dios escondido,

oculto verdaderamente bajo estas apariencias.

A Ti se somete mi corazón por completo,

y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto;

pero basta el oído para creer con firmeza;

creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios:

nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad,

pero aquí se esconde también la Humanidad;

sin embargo, creo y confieso ambas cosas,

y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vio Tomás

pero confieso que eres mi Dios:

haz que yo crea más y más en Ti,

que en Ti espere y que te ame.

¡Memorial de la muerte del Señor!

Pan vivo que das vida al hombre:

concede a mi alma que de Ti viva

y que siempre saboree tu dulzura.

Señor Jesús, Pelícano bueno,

límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre,

de la que una sola gota puede liberar

de todos los crímenes al mundo entero.

Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,

que se cumpla lo que tanto ansío:

que al mirar tu rostro cara a cara,

sea yo feliz viendo tu gloria.

Amén (Santo Tomás de Aquino).

Galería de Fotos:
 
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Fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote

Fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, sumo y eterno Sacerdote Fruto de las encíclicas «Ad catolice sacerdote» y «Mediator Dei», la celebración de Jesucristo, Gran Sacerdote se inició en Madrid y Sala­manca. En 1973 fue introducida en la liturgia hispana. «Cristo realmente es sacerdote, por­que ofrece al Padre las oraciones y los anhelos religiosos de toda la humanidad; es también víctima, porque se pone él mismo en lugar del hombre pecador» (Pío XII, Mediator Dei). Por Él ofrecían la vida los primeros mártires: solo Él, con su sacrificio amoroso, ha construido el puente («pontífice») que conduce la humanidad a Dios. La última cena expresa bien lo esencial del sacerdocio de Cristo. Su gran «sacrificio» no tiene nada que ver con la ofrenda de animales, sino con la ofrenda de sí mismo que ha caracteriza­do toda su vida: en el pan y el vino ofrecidos y compartidos expresa su vida entregada por nosotros y por toda la humanidad. Cada Eu­caristía nos permite recordar y actualizar esta entrega, y añadir la nuestra. Nosotros, consti­tuidos sacerdotes con Cristo por el bautismo, estamos llamados a hacer de nuestra vida una entrega generosa. Gracias, Señor, por ser el gran sacerdote com­pasivo que conoce bien nuestras debilidades (Misa Claret).

 Día sacerdotal

Los sacerdotes renuevan hoy las promesas sacerdotales ante su Obispo. Un día especial de oración por los sacerdotes. Por el aumento de vocaciones al sacerdocio. Por la permanencia de los sacerdotes en su entrega al servicio de la Iglesia. Por los sacerdotes para que se embarquen en la nueva evangelización a la que la Iglesia les invita. Recordando que un buen sacerdote hace una buena comunidad, y una buena comunidad hace un buen sacerdote.

 Bendición y Consagración de los Santos Óleos.

Se hace en la Catedral, porque el Obispo es el supremo Pastor de la diócesis y la Catedral es su sede. Desde ella enseña, santifica y gobierna pastoralmente a toda la diócesis. Los santos óleos son la fuente de donde mana la vida de gracia sacramental para todos los cristianos. En esta fuente beberemos todos los diocesanos, pues los santos óleos serán llevados por los Srs. Arciprestes a todos y cada uno de los arciprestazgos, para que, desde allí, lleguen a todas las comunidades parroquiales. En cada comunidad parroquial han de ser Conservados en un lugar digno: un tabernáculo especial para los Santos Óleos.

 FELICITACIONES A LOS SACERDOTES EN SU CUMPLE AÑOS SACERDOTAL

 60 años de sacerdocio:

 Adolfo Álvarez Cid

José Luis López Blanco

Camilo Parente Conde

Julián Polo Martos

José Benito Sieiro González

50 años de sacerdocio:

David Cid Pumar.

Rufino Estévez Pérez

José Fernández Bangueses

José Iglesias Iglesias

Manuel Mera Martínez

Manuel Pérez González

25 años de sacerdocio:

Francisco Manuel Martín López

Galería de Fotos:
 
 
 
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Solemnidad de Pentecostés

Día de Pentecostés

“El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en nosotros. Aleluya”. (Rm. 5, 5; 8, 11).
Secuencia
Ven Espíritu Divino,
manda tu luz desde el cielo,
Padre amoroso del pobre;
don en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
“Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor”

Día a de la Acción Católica y del Apostolado Seglar

El 31 de mayo se celebra la Jornada de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, vinculada siempre a la Solemnidad de Pentecostés, con el lema “Hacia un renovado Pentecostés”. Dada la situación de alerta sanitaria derivada del Covid-19, en nuestra diócesis no podremos celebrar el anual encuentro formativo-celebrativo de los distintos Movimientos y Asociaciones del Apostolado Seglar y la Acción Católica. Ello no es un impedimento para gozarnos y felicitarnos todo el laicado, el asociado y el no asociado -que es mayoría-, la Acción Católica y todos los Movimientos, Asociaciones y Grupos del Apostolado Seglar, porque somos todos y cada uno una misión del Señor en este aquí y ahora que nos ha tocado vivir. Como nos recuerda el papa Francisco, tomemos conciencia de esa misión y con la fuerza del Espíritu Santo llevémosla a cabo (Delegado de Apostolado Seglar).

 

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